La familia Muriedas aboga por iluminar 'la Lloca', en Gijón, para protegerla del vandalismo
«Es una lástima que pasen estas cosas», comenta a EL COMERCIO el hijo del escultor cántabro, quien aprueba además la opción de las videocámaras
Dos atentados contra las esculturas más emblemáticas de Gijón, ocurridos la noche del pasado viernes, han reabierto el debate en la ciudad sobre la vulnerabilidad del patrimonio escultórico local, sometido a pintadas y agresiones diversas;y para el cual la familia de los artistas plantea medidas de protección. En la misma noche, el 'Monumento a la madre del emigrante', de Ramón Muriedas, sufría la amputación del dedo pulgar de la mano derecha, de bronce como toda la pieza, mientras el 'Elogio del horizonte' de Eduardo Chillida' era vandalizado con una gran pintada en su base.
«Es una lástima, la verdad. Me da mucha pena que pasen estas cosas. Espero que lo reparen cuanto antes», reflexionaba ayer para EL COMERCIO Ramón Muriedas Senarega, hijo y albacea de la obra de Ramón Muriedas Mazorra (Villacarriedo 1938, Santander 2014), quien planteó la conveniencia de iluminar la plazoleta del Rinconín donde se ubica 'la Lloca', como es popularmente conocida la pieza, sin descartar la videovigilancia. Según refiere, tiempo atrás fue consultado por la Fundación Municipal de Cultura sobre esta posibilidad. «Me plantearon la idea de iluminarla y a mí me parece estupendo porque estas cosas se hacen de noche y así eliminarían muchos problemas. De hecho, me dijeron que pensaban hacerlo. Eso sería lo primero y las cámaras de vigilancia también serían una buena idea en la misma línea», anotó.
Muriedas hijo recordó la convulsa historia del monumento a la emigración desde que fuera inaugurado en 1970. Una bomba (1976), la amputación de otro dedo (2012), pintadas y tres restauraciones (1977, 1995 y 2004) hasta que, de ser denostada, la desgarradora obra de su padre acabó por encumbrarse, entendida y aceptada, como un icono indivisible de la ciudad. El autor no estuvo en la inauguración ni visitó la pieza, dolido, dos veces que expuso en Gijón. El homenaje de 2020, en el 50 aniversario, reparó con la familia una deuda eterna con el artista.
Luis Chillida:«Lo más eficaz es borrar la pintada al día siguiente»
Al igual que Muriedas hijo, Luis Chillida está curtido en mil batallas en cuestiones de vandalismo urbano. Según recordaba ayer a EL COMERCIO, «durante un tiempo 'El peine de los vientos' era objeto de pintadas de forma continua. Pero lo más eficaz era borrarla cuanto antes al día siguiente porque así quien la había hecho no lograba ninguna notoriedad pública y acababa por desistir». Esa es su receta para el 'Elogio' y así lo ha hablado de forma reiterada con la Fundación Municipal de Cultura, que se ha apresurado a aplicarla en esta ocasión, pues la colosal obra de Chillida ya lucía ayer libre de esprais de nuevo. «Ahora es más fácil porque la base de la pieza ha sido tratada con un material hidrofugante y esto crea una película sobre la cual es más fácil actuar», ilustró. El presidente de la Fundación Chillida-Belzunce recordó que su padre «siempre prefirió que el 'Elogio' tuviera de noche luz natural, sin una iluminación directa» y en su ánimo está preservar este deseo. Lo mejor, insistió, es la eficacia en la limpieza y, caso de instalar focos o cámaras, que sea distancia de la escultura sin interferir en ella. «Cuanto menos se hable de pintadas mucho mejor para todos», concluyó.