
Gijón acoge la Alianza de 17 localidades que participan en el X Camino de Santiago a Vela
Desde 2016 este evento ha sumado más de 2.000 viajeros y se consolida como un referente del turismo azul europeo
Fusionar la pasión por la navegación con la tradición jacobea, con una tripulación diversa y una misión compartida: alcanzar por mar (y 5 kilómetros a pie), la plaza del Obradoiro, es el objetivo del Camino de Santiago a Vela. Iniciativa que, con viento a favor de la cultura, el medio ambiente y la solidaridad, este año cumple su décima edición.
Esta peregrinación levantó velas desde el puerto francés de La Rochelle el pasado 6 de junio y dio inicio a una travesía náutica única que une a más de 150 peregrinos y 25 veleros, en una ruta marítima hacia Santiago de Compostela durante 27 días, 19 etapas navegando y 7 días de descanso. La ruta llegó el domingo a Gijón y tras hacer parada en la ciudad, se llevó a cabo el hermanamiento entre las 17 localidades participantes. «A mi condición de vicealcaldesa y concejala responsable del área de Turismo uno la de mi trayectoria en el mundo de la vela y mi convencimiento del potencial de esta forma de desplazamiento como vía de un turismo sostenible y de calidad», subrayó Ángela Pumariega durante el acto. No en vano, Gijón, con su rica tradición marinera y enclave en la ruta que conecta las costas del norte de España, se posicionó con este hermanamiento como la ciudad protagonista en la celebración de esta década de El Camino a Vela.
Una muñeira de celebración
La vicealcaldesa bailó una muñeira delante del Ayuntamiento con todas las autoridades y peregrinos. «Gijón es una ciudad preciosa. Su gastronomía, belleza y la amabilidad de los habitantes hacen que esté deseando volver», explicó a EL COMERCIO, uno de los 150 peregrinos participantes, el francés Patrice Roche
Pumariega, que portó un colgante con los aros de los Juegos Olímpicos, recordó muy emocionada su época de olimpista y cómo capitaneó un velero en la sexta edición de este camino «en el que se visibilizaron las profesiones vinculadas al mar de las mujeres.
«Esta es una travesía compartida. Una historia tejida por marineros, educadores, guías, instituciones y soñadores que creen, como nosotros, que el mar no separa: el mar une. Este acto es un homenaje a todas esas voces y a todos los puertos que han hecho posible la historia de este Camino de la vela. Cada localidad es un punto de identidad propia. Remamos todos juntos y con visión estratégica para alcanzar a tener una ruta jacobea del mar exitosa y con gran atractivo turístico», concluyó la vicealcaldesa.
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