Gijón aprueba las ordenanzas fiscales que recoge la subida de dos impuestos

Las intervenciones de la concejala de Hacienda, María Mitre, y de los portavoces municipales no estuvieron exentas de reproches y de defensa de sus respectivas posiciones. El equipo de gobierno defendió su proyecto de modificación de ordenanzas fiscales, mientras que las formaciones de izquierda apostaban por incrementar la fiscalidad. Tal fue así que la socialista Marina Pineda indicó que si Gijón tuviera la misma fiscalidad que Oviedo recaudaría 53 millones de euros más; como la de La Coruña, 60 millones, y como la de León, 77. Además, reprochó al equipo de gobierno que «se han hecho especialistas en vender humo» y criticó que renunciaran a desarrollar proyectos como el de los viejos juzgados de Prendes Pando. 'Han desperdiciado el presupuesto en propoganda», espetó Pineda, quien defendió una subida de precios actualizada en el IPC, por lo que consideró al labor del equipo de gobierno de «falta de rigor, profesionalidad y estudio».

La alcaldesa, Carmen Moriyón, se vio obligada a intervenir tras la alocución de Pineda y reflexionó que «ya sabemos que cuando lo hacen los socialistas o su jefe es una campaña de comunicación, y si lo hacemos los demás es propaganda».

La concejala María Mitre fue la encargada de exponer el proyecto de modificaciones presupuestarias y relató el proceso que se siguió. «Es el cumplimiento de nuestro compromiso con los gijoneses de echar a andar la ciudad sin recurrir a una subida indiscriminada de impuestos». Remarcó que se encontraron «unas cuentas producto de la ineficiencia gestora y de la falta de profesionalidad» de los socialistas, por lo que el equipo de gobierno se fijó «una hoja de ruta realista, con el descenso de la deuda y destinar la diferencia a nuevas inversiones». Su conclusión fue «un Gijón mejor que cuesta lo mismo».

No tiene la misma visión la portavoz de Podemos, Olaya Suárez, quien defendió establecer un IBI diferenciado para que paguen más «quienes más tienen». Al tiempo, recordó las advertencias de la reguladora Airef, porque «vamos a ser campeones de España en infrafinanciación. Asusta la pasividad de este gobierno», al que también reclamó acciones para poner en el mercado las viviendas vacías de la ciudad.

En una línea parecida se expresó el portavoz de Izquierda Unida, Javier Suárez Llana, quien justificó la subida de impuestos en garantizar «la calidad de los servicios municipales y los derechos laborales de los trabajadores que los prestan». Defendió su alternativa para que la ciudad tenga una fiscalidad «más equitativa y más verde», poniendo el énfasis en el IBI diferenciado y en las viviendas vacías.

Por su lado, la portavoz de Vox, Sara Álvarez Rouco, pidió la congelación y descenso de tasas, algo que, según apuntó, «parecía que era una tesis coincidente con el equipo de gobierno», al tiempo que reclamó bonificaciones para las familias numerosas, bajar el gravamen a los inmuebles de naturaleza urbana y rústica, así como congelar las tasas del Patronato Deportivo Municipal, entre otras cosas.

Pero ninguna enmienda de las presentadas fue aprobada, sólo una transaccional de carácter gramatical, al hablar de personas físicas y jurídicas, pero sin mayor trascendencia. La concejala María Mitre finalizó las intervenciones remarcando la labor del equipo de gobierno en «administrar con responsabilidad el dinero de todos» y reprochó la gestión de los socialistas, que «pagan su incapacidad con el dinero de todos. Nunca nos oirán decir que los impuestos no son necesarios. Claro que lo son, pero no es la única herramienta que tenemos».