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Olaya Suárez
Gijón
Miércoles, 12 de febrero 2025, 14:02
Se juzgaba en la Audiencia Provincial, en Gijón, la presunta apropiación indebida de 25.900 euros, pero los trapos sucios familiares fueron los protagonistas en una sala de vistas por la que desfilaron hijas y nietos, cada uno contando su versión de lo ocurrido. Diametralmente opuesta. Lo que sí son hechos probados es que de las cuentas de los abuelos (que murieron en 2021 con 89 y 95 años) una de las nietas, que tenía su firma autorizada, realizó extracciones económicas de aproximadamente 1.300 euros. La fiscalía, y también su tía y sus primos, consideran que ese dinero fue a parar a sus bolsillos y piden para ella dos años de prisión. La acusación particular hace extensible esos cargos a su madre, hija de los fallecidos, si bien el ministerio público no aprecia indicios criminales. «Solo les ayudaba y les atendía, nunca cogí dinero», declaró la acusada.
La argumentación de la acusación distaba bastante de la otra versión. Ese dinero era para gastos de sus abuelos, que eran completamente dependientes y precisaban ayuda y cuidados constantes. Tenían dos cuidadoras, «una por semana y otra los fines de semana, pero sus sueldos se pasaban por el banco, no se les daba en mano», dicen los denunciantes, quienes aseguraron que «los problemas llegaron cuando en 2020, después del confinamiento, mis padres empezaron a decir que no había casi dinero y que yo tenía que irme del piso en el que vivía, que era suyo, porque lo querían vender, pero a mi hermana que vivía desde mucho antes que yo en otro piso suyo, a ella no la querían echar».
Las desavenencias entre las dos partes empezaron con los padres en vida pero se acrecentaron con su muerte. «Cuando todavía vivían les pedí la cartilla bancaria para ver los movimientos porque me parecía muy raro que dijesen que no había dinero, pero nunca me la enseñaron, fue después de que murieron y tuvimos accesos a las cuentas con el tema de la herencia, cuando vimos las extracciones de dinero», relató la denunciante. Sus padres tenían en propiedad la vivienda de la avenida de la Costa en la que residían y otras tres (una alquilada y en las otras dos vivían sus dos hijas).
También declaró durante el juicio celebrado este miércoles en la Sección Octava de la Audiencia Provincial el notario que acudió al piso de los ancianos para que autorizasen a su nieta (ahora acusada) para poder hacer movimientos bancarios. «Los noté lúcidos y en plenas facultades», dijo.
Un caso de problemas familiares que en esta ocasión ha llegado a los tribunales, que tendrán la última palabra sobre el presunto delito de apropiación indebida.
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