Las manchas de carbón que llegan a la playa tienen origen en la actividad industrial y la del Puerto
Los últimos análisis del Incar muestran que contiene mercurio, aunque en niveles que no superan los límites legales que marca el Principado
RAMÓN MUÑIZ
GIJÓN.
Domingo, 25 de octubre 2020, 00:24
El carbón que regularmente tiñe San Lorenzo aparece en menor cantidad en Poniente y El Arbeyal. En los tres llega con más renio, selenio y mercurio del que en condiciones normales presenta la corteza terrestre. Las concentraciones están por debajo de las máximas fijadas por el Principado para suelos industriales, recreativos y residenciales, sin que hasta el momento se hayan establecido topes para playas. Las manchas sí están más enriquecidas en cobre, niquel, plomo, zinc y antimonio de lo que la norma regional establece para suelos agrícolas, ganaderos y forestales.
El hallazgo forma parte del último avance de resultados que ofrece la línea de investigación iniciada hace dos años por el laboratorio que dirige Isabel Suárez Ruiz en el Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono (el nuevo nombre del Incar). La geóloga lidera un equipo que analiza el origen, composición e impacto ambiental del carbón que tizna el litoral asturiano. Comenzaron en San Lorenzo; sus primeras conclusiones ponían en cuestión que la mayoría de las aportaciones tuvieran su origen en el buque hundido 'Castillo de Salas'. A raíz de aquellos datos, el Ayuntamiento de Gijón suscribió un convenio para que se profundizara en el origen de las manchas en la principal playa.
Además de atender esa consulta, el Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono ha seguido avanzando en su línea de investigación, sometiendo 36 muestras más de San Lorenzo, Poniente y el Arbeyal a las técnicas de Petrología Orgánica, Geoquímica inorgánica y química analítica. El resultado lo publica, en forma de trabajo de fin de máster, Pelayo Tomillo, uno de los geólogos contratados en el laboratorio. El análisis petrográfico determinó que las manchas están formadas «mayoritariamente por carbón, además de coques de carbón y petróleo, partículas térmicamente alteradas», chares o inquemados y trazas de grafito. La proporción varía en cada muestra pero todas tienen «origen antropogénico, la mayoría derivadas del manejo de carbón y productos relacionados o de procesos de combustión del mismo».
Los carbones presentan distinta composición y los rangos predominantes son «bituminosos altos y bajos en volátiles», que son los utilizados en procesos de combustión y coquización industriales, fundamentalmente.
El trabajo señala que «la principal fuente» del carbón que llega «puede ser atribuida al manejo de este material en el puerto de El Musel». Al microscopio, parte de las partículas muestran marcas de oxidación, bordes corroídos y grietas, lo que sugiere que «se han visto sometidas a largos periodos de exposición a condiciones marinas». Ello apunta a mina La Camocha entre las posibles fuentes, pues durante décadas el agua de lavado bajaba por el Piles hasta la bahía. No se descarta que pueda existir una pequeña contribución del pecio del 'Castillo de Salas'.
Más coque al oeste
El coque de carbón es el segundo componente más frecuente, con proporciones que llegan al 21,7% en las muestras de El Arbeyal, al 20% en Poniente y al 10% en San Lorenzo. Su procedencia se atribuye a «las baterías de coquización». El coque de petróleo, más minoritario, se vincula a las importaciones de El Musel. Una muestra dio partículas de grafito, lo que se atribuye al paso de este material por los muelles o a hornos de alta temperatura.
El análisis geoquímico descubrió que estos componentes llegan enriquecidos en determinados elementos y empobrecidos en otros. En San Lorenzo se encontraron proporciones de renio y selenio entre 19 y 20 veces mayores de lo habitual en la corteza terrestre. El mercurio también está enriquecido en la mayoría de las muestras de este arenal, en cinco de las seis de Poniente y en las cuatro del Arbeyal. Dada la toxicidad del mercurio, se hizo un análisis más exhaustivo, descubriendo cuatro especies distintas del mismo. La investigación reconoce que este elemento puede suponer «un potencial problema medioambiental», razón por la cual buscó legislación que marque valores máximos. Los Niveles Genéricos de Referencia del Principado, queda dicho, están por encima salvo en lo tocante a la presencia de renio permitida en suelos forestales, ganaderos y agrícolas. Para confirmar la situación, el trabajo ve necesario buscar normativa más específica a nivel mundial «que permita discernir si en verdad podría existir un problema medioambiental o tan solo estético».