«Notamos que el Piles está más sucio que otros años»
Bañistas y asiduos del Tostaderu lamentan el estado de las aguas que llegan a la playa de San Lorenzo y piden soluciones
DANI BUSTO
GIJÓN.
Lunes, 30 de septiembre 2019, 02:24
Los pequeños Ramón y Alba chapotean en el agua del Piles que llega por el estrecho cauce hasta la playa de San Lorenzo. Sus padres, José Ramón y Yolanda, les riñen. Saben que la desembocadura del río no es una zona adecuada para el baño, aunque a los dos jóvenes les cuesta comprender por qué no pueden divertirse y pasar el rato en esa parte del arenal.
A pesar de que ayer el sol no se dejó ver, la temperatura era agradable y al Tostaderu acudieron durante la mañana algunos bañistas, aunque la mayoría de ellos mostraron su preocupación por los datos desvelados esta semana por el concejal de Medio Ambiente, Aurelio Martín, en los que se advertía de la presencia de materia fecal en el Piles, que en algunos puntos concretos supera en 48 veces el nivel máximo que estaría permitido para una zona de baños.
«¡Salid del agua, ahí no os podéis bañar!», insiste José Ramón del Camino a sus hijos, mientras conversa con EL COMERCIO. «Tememos que pueda caer al río algún vertido o residuos fecales porque se supone que los problemas de la suciedad se concentran en esta zona», indica, al tiempo que recuerda que en junio de 2018 ya se prohibió el baño en toda la playa a causa de la suciedad e incluso la aparición de ratas muertas en la orilla del arenal.
Este matrimonio gijonés suele acudir al Tostaderu con cierta frecuencia y lamenta «el olor que se nota cuando nos acercamos». Al principio percibieron el de las algas, con la marea baja, pero una vez que se aproximaron a la desembocadura del Piles determinaron que «ese olor es de otra cosa, es distinto».
Yolanda Domínguez, por su parte, asegura que le parece «extraño» que «prohíban el baño en una zona de la playa y en otra no», ya que «si el agua está contaminada, tendrían que cerrarla toda». Ambos consideran que es necesaria «más información» por parte de las autoridades. «Deberían decir las cosas con más claridad», opinan, al tiempo que echan en falta carteles indicativos en esa zona de la playa «para advertir de que hay peligro e incluso riesgo de coger alguna infección».
Cabe recordar que ni el río ni su desembocadura son zonas de baño. De hecho, este verano se incrementó la señalización y se instó a los socorristas a hacer más rondas por esa zona.
Varios metros más alejados de la desembocadura del río, ya en las rocas próximas a la escalera 16, el matrimonio ovetense formado por María Ángeles Torres y Bernardino Fernández pasa el rato sentado en unas sillas. «Nos preocupa todo lo que se está diciendo del agua sucia, pero hoy -por ayer- yo la veo limpia», dice María Ángeles.
Su marido tan solo lamenta «el montón de algas» que hay sobre la arena, ya que «es una pena que no las retiren aprovechando que hay marea baja». Basa su opinión, además, en que hace una semana, también en la zona, aparecieron peces y un ave muertos. El concejal de Medio Ambiente achacó a «la descomposición de algas» la causa de esas muertes, y todavía el pasado fin de semana la pleamar arrastró hasta la playa de Poniente más algas en descomposición que quedaron esparcidas por la arena.
Mientras dos surferos cruzan despreocupados el cauce del Piles, la gijonesa Elisa Meana recoge ya su silla para regresar a casa. Ella afirma que se sigue «bañando» en la playa, a pesar de que ya el año pasado «había gente que decía que les había salido una erupción en la piel». Eso sí, matiza que este año «se notan los malos olores, que son espantosos», y recuerda que el pasado sábado «había mucha espuma en el agua y mal olor». Elisa Meana también estima que «hasta hace tres años no sucedían estas cosas, que son muy recientes».
Sobre una toalla, en la rampa de la escalera, se encuentra su amiga Salomé Zalaya, quien también asegura que «este año el Piles está más sucio que en otras ocasiones», y lamenta que ahora «se nota el mal olor». Por estos motivos, Meana añade que «no apreciamos lo que tenemos y no sabemos cuidarlo», por lo que apela a «protestar, a salir a la calle, porque si solo nos quejamos dos, no conseguiremos nada».