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La playa de San Lorenzo, sobre todo en la zona del Tostaderu, estuvo llena ya desde el mediodía.

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La playa de San Lorenzo, sobre todo en la zona del Tostaderu, estuvo llena ya desde el mediodía. J. C. TUERO

A la playa, con el metro en la mano

Los gijoneses se organizan para respetar la distancia de seguridad. Algunos incluso dibujan una pequeña parcela

MARLA NIETO

GIJÓN.

Domingo, 21 de junio 2020, 01:07

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'Es fácil olvidar lo efervescentes y libres que fuimos aquel verano', dijo la escritora Anna Godbersen, y su frase cobra ahora más sentido que nunca. Ayer, día de transición de la primavera al estío, los usuarios comprendieron que ir a la playa, este año, no será lo mismo, De hecho, para muchos, acudir a los arenales incluye agobio y desconcierto.

Se pudo comprobar el viernes que el sistema de control de aforos da buenos resultados a la hora de informar a los usuarios que llegan a San Lorenzo, pero una vez que están dentro, se van moviendo a medida que la marea sube, hasta «casi terminar unos encima de otros», sin respetar las distancias. Los acomodadores, que están allí para complementar el servicio de la aplicación digital, solo pueden limitarse a informar y, en caso de que surja algún problema, avisar a la Policía Local.

Como consecuencia, algunos gijoneses optan estos días por marcar su territorio en la arena, dibujando a su alrededor círculos y cuadrados y creando así una pequeña parcela. Es el caso de Ramón Meana, quien acudió a la playa San Lorenzo acompañado por su mujer y su hijo: «Si no lo hacemos, a mucha gente parece darle igual. Creo que lo mejor es señalar el espacio de cada uno para que los demás lo tengan claro, ya que según me dijeron los acomodadores, el Ayuntamiento no lo va a hacer»,

Otra habitual de este arenal urbano es Sonia Castaño, que suele ir siempre con sus niños, de 6 y 8 años. Para ella, delimitar 'su' zona es necesario «porque los niños son un poco terremotos». «Hago como si fuera un juego y les digo que el que se salga fuera de las líneas se queda sin helado. Ellos hacen caso y así respetamos y nos respetan».

«El viernes llegué a ver a gente venir a la playa con metro, para dibujar su zona con las medidas exactas que se piden», contaba ayer Irma Estébanez.

A pasear, sin mochila

Hay quienes aún no tienen claras las instrucciones. Helena Pla y Óscar Prieto, avilesinos, desconocían si solo podían tomar el sol o también bañarse y pasear. «Nos parece bien el mecanismo de control, pero es imposible abarcarlo todo. Se basan en el civismo de las personas, y luego dan tanta información que no nos quedamos con todo», reconocían. Otros usuarios se preguntaban si contaban como aforo aunque solo quisieran darse un baño, a lo que uno de los controladores de accesos respondió que sí, dado que al portar mochilas podría darse el caso de que finalmente decidieran quedarse en el arenal.

San Lorenzo completó aforo desde prácticamente primera hora, según los datos de la aplicación. Sin embargo, Poniente y el Arbeyal tuvieron más movimiento de cara a la tarde que por la mañana. En playas no urbanas, como Peñarrubia, Estaño o la Ñora, se observó una mayor tranquilidad y mejor separación entre la gente.

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