Una rata se cuela en un tercer piso de la calle Adaro de Gijón y deja a una familia sin baño cinco días
Parece que accedió a la vivienda 'escalando' la fachada del edificio. Emulsa prepara una campaña ante la proliferación de casos
Los vecinos de diferentes zonas de Gijón vienen denunciando desde hace meses la proliferación de ratas por las calles. El Carmen, Cimavilla, La Arena y el centro son barrios en los que las quejas son más habituales. Ahora habría que añadir el entorno de la estación de autobuses, donde apareció un gran roedor en un tercer piso de la calle Adaro. La propietaria se quejó, además, de la dejación por parte de las autoridades municipales para ofrecerle una solución en su lucha contra una rata que dejó a la familia sin el único baño del piso durante cinco días, con los inconvenientes que eso le supuso.
La dueña de la vivienda no tiene muy claro por qué la rata entró en su piso, aunque lo relaciona con un camión cuba de la EMA que acudió a su calle a destapar una alcantarilla. «Fue entonces cuando empecé a sentir ruidos en una rejilla de respiración», explicó convencida de que el animal accedió a su casa subiendo por la fachada y entrando por la cocina. «Un día estábamos durmiendo y empezamos a sentir ruidos en la cama. Entonces, vi que la rata salía de mi bolso, que lo tenía en la habitación», explica esta vecina. Ese día no pudieron capturarla, ni al día siguiente, pues se había escondido en un armario. Al tercer día (un lunes) lograron encerrarla en el único baño de la vivienda y lo que parecía que podía ser la solución resultó también un importante problema para la familia.
«Llamamos al Ayuntamiento para que nos ayudaran y no nos contestaron. Luego llamamos a Emulsa y nos dijeron que solo podían poner veneno en la calle, que no podían acceder a una vivienda, ya que era un lugar privado. La solución era llamar a una empresa externa». Y así lo hicieron. Un técnico especializado acudió a la vivienda el pasado miércoles y les indicó que en los últimos tiempos tenían que hacer muchos servicios de desratización, debido a la proliferación de estos roedores.
«No pudo cogerla»
«El técnico no pudo cogerla», ya que se parapetó detrás del bidé. Por eso, colocó una serie de bolsas con veneno y trampas con cola para que el animal se quedara pegado. «Se escuchaban los golpes de la rata contra los muebles del baño y la puerta, intentando escapar». El silencio llegó el viernes, es decir, cinco días después de encerrado el animal en el baño. La vecina y su familia pensaron que la rata estaría ya muerta, por lo que abrieron la puerta del baño y la encontraron pegada a una de las trampas, pero aún viva. «Mi marido la cogió, la metió en una bolsa y la tiró». Además, «causó destrozos en el baño y dejó mordida toda la puerta», añadió la mujer.
Según parece, Emulsa prepara una campaña de desratización, al ser cada vez más patente la presencia de roedores en las calles, sobre todo en las inmediaciones de solares en los que se están acometiendo obras de edificación. Se baraja con que uno de los motivos sea que las canalizaciones de los diferentes servicios, como telefonía, agua o gas, no estén debidamente selladas y puedan salir a la vía pública. Incluso se llegaron a ver en los lagos del parque de Isabel la Católica.
