Rodrigo Pintueles, concejal de Medio Ambiente y Sostenibilidad: «Este es el mandato en el que el río Piles ha dejado de contaminar la playa de Gijón»
El edil gijonés afirma que «en 2026 queremos potenciar toda la nueva infraestructura verde y dar respuesta a peticiones vecinales»
A punto de finalizar las obras de renaturalización del Piles, en Gijón, la Concejalía de Medio Ambiente centra ahora la mirada en proyectos como ... la impermeabilización del Canal del Molín o el prometido nuevo albergue de animales, mientras avanza en la ampliación y mejora de las zonas verdes de la ciudad.
–El Ayuntamiento ya tiene prácticamente cerrado su presupuesto para 2026. ¿Cuáles serán las prioridades de su concejalía?
–Estos dos años hemos ejecutado las mayores inversiones que se recuerdan en materia medioambiental. Y ahora priorizaremos potenciar toda esa nueva infraestructura verde creada con proyectos europeos como Piles Natural y Gijón Ecorresiliente, pero también con proyectos propios municipales. También daremos respuesta a peticiones vecinales, como la de una nueva zona verde en La Tejerona, y ya hemos anunciado la renaturalización de las tres plazoletas de las calles que desembocan en el Muro.
–¿Y que prioridades se marcan en Emulsa?
–Seguiremos mejorando la gestión ambiental y el cuidado del espacio público. La empresa ha recuperado la senda de la estabilidad económica y en 2026 movilizará recursos por 57 millones, con una plantilla que vuelve a subir y tendrá un promedio de 743 trabajadores. Es destacable además que la recaudación de la empresa va a mejorar a pesar de que no habrá incremento de la tasa de basuras.
–¿Cómo?
–En la facturación hay distintos epígrafes relacionados con la actividad y la superficie de las actividades empresariales. No paga lo mismo una peluquería que un hotel. Y desde los servicios administrativos, con el área de Licencias del Ayuntamiento, se ha hecho un esfuerzo para recalcular los metros cuadrados y para ver las actividades que se desarrollan en cada local, porque puede ser que donde había una tienda de ropa ahora haya un restaurante. Y simplemente con que cada uno pague lo que le corresponde pagar, este año vamos a recaudar 830.000 euros más y en 2026 la cifra rondará el millón de euros. Solo el hecho de incluir los pisos turísticos en el epígrafe de actividades hoteleras, y no en viviendas, ya ha supuesto cerca de 300.000 euros.
–Están a punto de terminar las obras de renaturalización del río Piles. ¿Tienen resultados?
–Antes de iniciar el proyecto se hizo un estudio muy potente de la calidad de las aguas, y haremos otro a fondo cuando terminen. Pero se han creado las condiciones necesarias para que no haya agua estancada. Y si sumamos a esta obra las que ha hecho la EMA en el colector del Peñafrancia y en el que cruza bajo el Piles, donde había filtraciones, este va a ser el mandato en el que el río ha dejado de ser una fuente de contaminación de la playa de San Lorenzo. Y la prueba es que en todo el verano no hubo ninguna incidencia por mala calidad de las aguas de baño.
–En 2026 pretenden impermeabilizar la Canal del Molín. ¿Por qué es tan importante?
–Es la fuente de alimentación de las lagunas del parque de Isabel la Católica, y ahora mismo pierde por el camino el 90% del agua que toma del Piles a la altura de La Camocha. Impermeabilizarlo, que será una obra costosa de entre 1,3 y 1,6 millones de euros, garantizaría que las lagunas tengan un aporte de agua suficiente para no volver a encontrarnos en un par de veranos con problemas de acumulación de lodos o cianobacterias por su estancamiento. El dragado que se hizo, sin arreglar antes el canal, fue empezar la casa por el tejado. Sin ese aporte natural de agua, ahora cuando empeora la calidad de las lagunas tenemos que abrir el grifo, con facturas de hasta 30.000 euros a la EMA.
–Hablemos de la calidad del aire. La zona oeste sigue esperando que se vayan los camiones, y la alternativa a Príncipe de Asturias vuelve a retrasarse.
–El problema fundamental para la calidad del aire en la zona oeste es la actividad industrial y portuaria y por eso hemos elaborado un decálogo de propuestas, resultado de estudios técnicos y de varias reuniones con vecinos y colectivos ambientalistas, con las que queremos que se aborde una regulación específica sobre las partículas sedimentables, la mejora de la limpieza, la vigilancia de los picos de benceno, más información sobre las inspecciones que se realizan... Y por supuesto, la reducción del tráfico pesado. Una de las propuestas más singulares que estamos estudiando es un plan de renaturalización urbana específico para la zona oeste, con espacios que actúen como una protección natural. El trazado que iba a tener el vial de Jove podría ser el espacio óptimo para crear una barrera vegetal que haga de filtro natural. Pero al final hablamos de un problema complejo que requiere soluciones muy variadas y la colaboración entre administraciones. Hemos trasladado nuestras propuestas al Principado y a la Autoridad Portara, y espero que pronto podamos tener 'feedback'.
–Llevan tiempo trabajando en un nuevo Plan de Residuos. ¿Qué medidas veremos a corto plazo?
–Hemos empezado por mejorar la contenerización. Gijón es pionero en la instalación de contenedores para restos de poda, un servicio que se va a extender y permite recoger 2.400 toneladas de biorresiduos vegetales. Y también estamos con una campaña para sensibilizar sobre la separación de la basura orgánica, sobre todo en la hostelería, porque supone un 35% de la que acaba en los contenedores de fracción resto. Es el campo donde vemos posible una mejoría notable.
–¿Prevén modificar la tasa de basuras para ligarla a la cantidad de residuos de cada usuario?
–En la primera fase del plan de residuos trataremos de conciencia, educar y sobre todo facilitar la separación. Poner los medios para que quien quiera reciclar pueda hacerlo con comodidad. Si con eso no se mejora y no nos aproximamos a una tasa de separación del 50%, habrá que ir a medidas como esa, el cierre electrónico de contenedores o sanciones. Pero todavía estamos muy lejos de eso, y los sistemas de pago por generación son complejos y muy costosos de aplicar. Estudiaremos los modelos que hay para, si se implantan, acertar, pero si funcionan las primeras medidas del plan no será necesario.
–Me hablaba de la salud económica de Emulsa. ¿Cuál es su salud social?
–Es una cuestión que tengo delegada en el gerente y que está sabiendo llevar bien. La plantilla tiene unas condiciones laborales y salariales por encima de la media del sector y también buenos recursos materiales, con 4,3 millones de inversión para camiones, barredoras, nuevos carros mecánicos… Hay un verdadero compromiso para facilitarle a los trabajadores el desarrollo de sus tareas.
Lavado de contenedores
–No están tan lejos las movilizaciones del comité de empresa por recurrir a empresas externas para algunos servicios…
–Dijimos que era un refuerzo puntual y los datos nos dan la razón. En verano, el 83% de las limpiezas de contenedores se hicieron con personal propio y solo un 17% con esa empresa. Está claro que no había ninguna privatización.
–¿Y se ha logrado un nivel adecuado de lavado de contenedores que evite olores?
–Este verano hubo 18.600 lavados interiores y exteriores, que son 4.700 más que el año pasado. Y en el caso de los de residuos orgánicos y fracción resto, se han duplicado. Pero también debemos apelar a la colaboración ciudadana, para que respeten los horarios de depósito de la basura. Si la tiran a las nueve de la mañana, estará horas al sol hasta que pase el camión, y olerá por muy limpio que esté.
–El otro servicio que obligó a un refuerzo era el de desratización.
–Estamos trabajando con tres equipos, en lugar de dos, y los informes técnicos dicen que estamos en unos niveles adecuados. Aquí el problema es que las ratas viven en las alcantarillas y es imposible hacer, como pedía algún concejal, una desratización integral de una red que tiene más de mil kilómetros. Se hace un trabajo concienzudo para detectar dónde están y poner el veneno adecuado para ir corrigiéndolo, pero es un problema normal en un ámbito urbano. También aquí es importante la colaboración ciudadana, porque cada día se tiran por el inodoro 200 kilos de comida, que es de lo que luego se alimentan. Pediría a la gente que no lo haga.
–También han lanzado campañas de concienciación con respecto a las gaviotas y palomas. ¿Están funcionando?
–Las incidencias se han reducido, de 554 en 2023 a 385 el año pasado. Pero la percepción no coincide con el número de animales. Las gaviotas están en torno a 700 parejas, cuando hace dos o tres años había 756. Su población está controlada en unos límites en los que esperamos que generen las menores molestias posibles. También pedimos colaboración para que los vecinos nos avisen de dónde están anidando, porque es donde se realiza el control, retirando huevos y nidos, para que no aumenten. Pero en términos generales, la población de gaviotas se ha reducido un 70% en Asturias.
«Los chopos de Isabel la Católica están al final de su vida útil»
–Quieren construir un nuevo albergue de animales en una parcela colindante con el actual, propiedad de Cogersa. ¿Cómo van las negociaciones?
–Seguimos esperando noticias, aunque parece que por su parte hay disponibilidad. De todas formas es una decisión que debe aprobar su junta directiva. Y como no se reunirá hasta diciembre, para no perder la consignación presupuestaria que hay aprobada lanzaremos ya el proyecto para iniciar la reforma del albergue por la parte que ya es municipal, para a continuación extenderla ya a las nuevas instalaciones. Los nuevos gestores del albergue están muy implicados en conseguir la adopción de animales, y darle salida a parte de los 120 perros que tenemos ahora allí permitirá poder iniciar la obra en parte de las instalaciones.
–¿Qué acciones están llevando a cabo en materia de zonas verdes?
–Destacaría la aprobación del Plan Director de Naturalización, que orienta todo el trabajo en materia de infraestructura verde y patrimonio natural. Para tener una ciudad más saludable es fundamental que el arbolado y la vegetación dejen de ser elementos decorativos y se vayan convirtiendo en estructurales. En estos dos años, ligado a diferentes proyectos, se han plantado en Gijón 3.411 árboles y más de 8.000 arbustos y plantas. Y hemos realizado 38 obras de creación o ampliación de zonas verdes en sitios como la plaza de La Habana, el parque de Electra, los nuevos Jardines de Canal... Ahora tenemos obras en el parque de Severo Ochoa y la plaza del Bosque de Muniellos y estamos revegetando la escuela infantil Miguel Hernández. En junio arrancaron las obras para renovar en lo que queda de año diez zonas de juegos infantiles y de juegos biosaludables.
–Además de plantar arbolado, habrá que cuidar el actual...
–Cuando llegamos a la Concejalía nos encontramos que durante cinco años no hubo partidas para reposición de arbolado. Árbol que se perdía, alcorque que quedaba vacío. Era surrealista. Ahora prácticamente todos los que se habían perdido en ese tiempo se han repuesto y ahora estamos en una tarea de incrementar esa masa de arbolado. La gente sí debe tener claro que el Ayuntamiento no tala ningún árbol que no tenga un problema, ya sea por parasitaciones, oquedades o un problema estructural que comprometa la seguridad. Siempre apostamos por la máxima conservación posible, pero los árboles también tienen una vida útil. Y por ejemplo ahora vamos a tener un problema serio con los chopos de Isabel la Católica, con un porte descomunal y todos en torno a los 60 y 80 años. Es uno de los sitios donde los tenemos más monitorizados y controlados, pero al final se mueren. Y si no se actúa, acabaría pasando como en la Plazuela, con caídas.
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