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Los niños de la guerra, familiares y autoridades, durante el homenaje en El Arbeyal. JUAN LLACA
«Los rusos se desvivieron por todos nosotros»

«Los rusos se desvivieron por todos nosotros»

Más de un centenar de personas entre supervivientes y familiares rindieron tributo «a los niños de la guerra»

LUCÍA R. LORENZO

GIJÓN.

Lunes, 23 de septiembre 2019, 01:19

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Cogidos de la mano, de pie y secándose las lágrimas, más de doce niños de la guerra escucharon los himnos de Riego y de la Unión Soviética durante su homenaje. El acto se celebró ayer junto a la estatua de Vicente Moreira en El Arbeyal, donde se realizó una ofrenda floral ante más de un centenar de personas entre familiares y autoridades. Hoy se cumplen 82 años desde que 1.100 jóvenes, junto con sus educadores, partieran en barco desde El Musel hacia la Unión Soviética para huir de la Guerra Civil española. Era 1937.

Emilia Fernández fue una de las niñas exiliadas por el conflicto bélico. La gijonesa viajó con solo 12 años junto a sus cuatro hermanos de 6, 8, 10 y 18 años. Ahora vive en Avilés y tiene 94 años: «Estuve en el asedio de Leningrado donde pasé mucho hambre, frío y penurias. Quedamos pocos de los que fuimos a Leningrado», cuenta.

De la ciudad rusa acudió Elena Alexandrova, la vicepresidenta de la Unión de organizaciones de compatriotas rusos en España para rendirles tributo: «Soy de Leningrado, aquella ciudad que os abrazó durante las primeras horas y en la que os recuerdan mucho. Os desean mucha salud y cariño», explica.

El asedio de Leningrado

De ese aprecio también se acuerda Azucena Fernández, natural de Gijón y afincada ahora en Bilbao. Ella también es una de las niñas de la guerra: «Los rusos se desvivieron por todos nosotros. Allí han levantado monumentos, los cuidan y los tienen llenos de flores. Quiero expresarles agradecimiento y amor eterno al pueblo soviético». Sin embargo, también recuerda la crudeza del asedio de Leningrado y la valentía de uno de los niños españoles en el campo de batalla: «Un chaval que tenía 18 años, cuando todos los niños estaban muertos, él se quedó herido con una granada en la mano. Cuando vio un tanque alemán, se puso debajo y murió junto con los soldados alemanes». Este es uno de los descubrimientos que puso sobre la mesa la presidenta del Centro Español en Moscú, María Teresa Casero, hija también de uno de estos niños. «Sabemos de más de 24 personas que cayeron cerca de Leningrado durante la II Guerra Mundial. Ellos eran ciudadanos soviéticos que querían defender su segunda patria de manera voluntaria». El organismo que preside tiene ahora por objetivo «recoger artefactos y documentos de nuestros padres».

María Jesús Díaz y su hermana Inmaculada conservan aún las cartas que les envió su hermano Francisco desde Rusia. Sin embargo, no le llegaron a conocer en persona: «Mi madre nunca más volvió a ver a su hijos Francisco y José. Tuvo que ser muy duro para ellos llorar a gritos desde el barco llamándola», indican.

Libertad García tenía tan solo cinco años cuando partió con sus cinco hermanos desde El Musel hasta Rusia. «Cuando acabó la guerra tuvieron que robar para comer. Mi tía siempre estaba bajo la falda de mi madre, Amelia; era la más pequeña», explicó su sobrina Carmen. Los ediles Alberto Ferrao y Aurelio Martín tomaron parte en el acto.

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