«Las redes sociales han sido gasolina, la salud mental madera seca y la pandemia un mechero»
Las Jornadas de la Salud Mental del Colegio de Enfermería instan al ámbito académico a «crear espacios de acompañamiento»
La segunda edición de las Jornadas de la Salud Mental en el Ámbito Educativo, organizadas por el Colegio de Enfermería de Asturias, trataron este jueves, en la Escuela de Comercio, en tres ponencias sobre la docencia, la psiquiatría y los medios de comunicación. En líneas generales, todas las mesas redondas que se llevaron a cabo subrayaron la importancia de «crear espacios». Con esto se daría «una oportunidad al acompañamiento, a que ellos verbalicen y a que se intenten resolver las situaciones en su conjunto», explicó Lorena Busto Parada, enfermera especialista en Pediatría y organizadora de las jornadas. Esta necesidad de comunicación recaía en que «todo afecta a la dinámica familiar». Busto indicó que «deben tener una continuidad». «No buscamos una solución mágica, sino la constancia de tener la oportunidad de hablar y expresarse».
A su vez, también subrayó la importancia de que fueran recíprocos. «Los cuidadores también deben expresarse y respetar los espacios» y, de la misma forma, «verbalizar también lo positivo». Trasladando esto a las aulas, Sara Cuervo, maestra de Educación Infantil, explicó en una de las ponencias cómo en su aula ella llevaba a cabo ese control emocional. En la clase, los alumnos hicieron un pequeño espacio para que si los pequeños se encontraban agobiados pudieran descansar.
El centro escolar es donde pasan una gran parte de su día, por ello el ámbito emocional en la educación es muy importante. «Lo primero es que los educadores sean conscientes de sus carencias socio-emocionales», señaló Busto. Además, «no hay que separar lo académico de lo emocional. No es todo lo primero, debería preocupar más una alumno que saque matrículas pero que sea mal compañero».
Efecto en cadena
Bien es sabido que las redes sociales han servido a la hora de aumentar las patologías dentro de la salud mental. «Han sido un catalizador, la salud mental era madera seca y la pandemia un mechero y las redes sociales gasolina», metaforizó Busto «la mezcla nos explotó». Bajo sus palabras, esta conexión virtual influye «en la creación de la identidad de los adolescentes». Una esfera que, en muchas ocasiones, los cuidadores, sanitarios y docentes no tienen «siquiera una visión porque hemos entrado a ellas a posterior». La afectación concreta es la cultura de participación, «sienten que tienen que estar presentes y abordar retos».
La velocidad a la que esto se exige hace que, en ocasiones, se realicen «meteduras de pata» que pueden conllevar a la cultura de anulación, «hay un conflicto porque para ellos la comunidad virtual es muy importante». En el aspecto físico, «causan una sensación de alerta y de saber qué está pasando que trae consigo estrés y agotamiento. Cuando te expones tanto tiempo y aún no estás formado trae repercusiones», concluyó.
