El Marítimo registra ocho positivos más y se acerca al centenar de contagios

El Sanatorio Marítimo notificó ayer ocho nuevos positivos correspondientes al brote surgido el pasado lunes, lo que eleva el número de contagios a 96. Asimismo, otros cinco residentes tuvieron que ser ayer derivados al Hospital de Cabueñes y al H144 del recinto ferial Luis Adaro, lo que totaliza 15 pacientes que se reparten entre estos dos centros sanitarios y el centro nivel 2 de Corvera. Con estos traslados se pretende garantizar su aislamiento y extremar los cuidados, dadas las distintas patologías que presentan estos pacientes.

Precisamente, la doctora Sandra Charro justificó el pasado miércoles la necesidad de llevar a cabo estos desplazamientos a otros centros como una medida importante «por prevención».

El brote coincidió en plena campaña de vacunación en el centro, que administró la segunda dosis a todos los residentes y a la práctica totalidad de trabajadores el 28 de enero.

En estos momentos, de los 146 residentes, 86 han dado positivos en las pruebas, a lo que hay que sumar la decena de profesionales en las mismas condiciones.

Las alarmas saltaron el pasado fin de semana cuando se detectó un primer positivo entre los profesionales, después de los cribados quincenales que se llevan a cabo. Tras practicarse las PCR entre la totalidad de los usuarios del Sanatorio Marítimo, se totalizaron 79 afectados entre los residentes y seis entre el personal, cifra a la que posteriormente se fueron sumando más hasta llegar a la cifra actual, cercana al centenar. La dirección del centro aseguró que «en todo momento se ha actuado con rapidez en la adopción de medidas para controlar y aislar el foco».

De estas buenas prácticas da fe la Asociación de Madres y Padres de los Alumnos del colegio del Sanatorio Marítimo, que destaca la tranquilidad que transmiten en el centro, el mimo con que cuidan a sus hijos y lo pendientes que están ante la nueva situación originada por el brote de coronavirus. Sandra Labra, Marián Blanco y Ana García, miembros de la AMPA, reconocen que «hay tranquilidad entre los padres de los colegiales por la buena gestión de la institución desde el primer momento en que se supo que se había producido un brote».

Las tres son madres de adolescentes que acuden al colegio y que desde el lunes permanecen en sus casas por orden de la Consejería de Salud. Sus hijos Rubén, Marina y Ana continúan con las tareas habituales desde sus domicilios. «Los profesores les mandan deberes e intentan que haya cierta normalidad en sus trabajos acostumbrados», aseguran.

Solo una crítica, por parte de Ana García: «Se presentaron en casa ayer a hacer una PCR a mi hija y nadie nos había avisado. En el colegio no se sabía nada. Eso hay que cuidarlo porque a estos niños eso les afecta mucho».

Por lo demás, aseguran que la tranquilidad entre los padres es generalizada. En el colegio no se han registrado positivos y reconocen que se «sorprendieron» cuando les notificaron el brote, ya que «son impecables».

Los familiares que dejan a sus hijos en el centro no pueden bajarse del coche en ningún momento desde que empezó la pandemia. «Hay una seguridad absoluta porque ellos se encargan de que así sea».

Joaquín Fernández y María Urrutia, de APTA, Asociación de Padres y Tutores de Antiguos Alumnos del Sanatorio Marítimo, se solidarizan y lanzan un mensaje de «apoyo emocional y sentimental».