El Santo Entierro sepulta la lluvia y Gijón se rinde a la procesión

Aunque las previsiones auguraban lluvia, y no poca, el cielo se calmó y este viernes la procesión del Santo Entierro de Cristo recorrió Gijón. Lo hizo en la versión reducida del recorrido por el riesgo de que empezase a llover en cualquier momento, pero cofrades y devotos pudieron disfrutar de los pasos bajo un cielo semi despejado y la puesta del sol alumbrando el pórtico de San Pedro.

Con cientos de personas agolpadas en el Campo Valdés y un silencio atronador en señal de respeto, la Ilustre Hermandad de la Santa Vera Cruz, la Cofradía del Santo Sepulcro y la Ilustre Hermandad de la Santa Misericordia, en ese orden, sacaron a hombros las imágenes de Nuestra Señora de la piedad al pie de la Cruz, el Cristo yacente y la Virgen Dolorosa. Acompañadas de la Banda de Gaitas Villa de Xixón, la Banda Sinfónica de Gijón y cuatro tamborileros, que otorgaron ritmo y solemnidad a la procesión, continuaron su camino por las calles Cabrales, Julio Somoza, San Bernardo, Ventura Álvarez Sala y Cabrales, de nuevo, hasta que volvió a la iglesia de San Pedro.

Y en todo momento estuvo respaldada por los feligreses. Muchos se presignaban con el paso de las imágenes y otros optaban por inmortalizar el momento, pero nadie quería perder un detalle. Las imágenes estuvieron acompañadas por representantes de los tres ejércitos, así como por miembros de la Policía Nacional y la Guardia Civil. Además, dos grupos de manolas enlutadas seguían a los pasos de La Piedad al pie de la cruz y de la Virgen Dolorosa.

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