Saúl Craviotto: «Vosotros sí que sois campeones»

Miles de paladas en canales y ríos, miles de kilómetros para competir con los más grandes del piragüísmo, un currículum olímpico de podios y medallas e, incluso, un televisivo título de masterchef en el bolsillo hacen que a Saúl Craviotto se le pare por la calle allá donde va. Y eso fue lo que hizo Ana Fernández, la presidenta de la asociación de madres y padres de Aspace, cuando se lo tropezó por Gijón. No para pedirle un selfie ni un autógrafo sino para decirle que por un día apartara todos sus compromisos y se acercara al Centro Ángel de la Guarda de paralíticos cerebrales, en Castiello, y conociera a sus usuarios y cuidadores. Y Craviotto, que dijo que sí, que iría en cuanto su apretadísima agenda se lo permitiera, cumplió ayer su palabra.

«No nos lo podíamos creer, es increíble», aseguraban Ana y Silvia Salvador, vicepresidenta del centro, y también madre de uno de los usuarios. Tampoco los chicos y chicas del centro. «Emocionados, felices... pasaron un día inolvidable», dicen ambas.

Pero también Craviotto asegura que para él «ha sido un día lleno de emoción». Porque en su recorrido por las instalaciones repartió abrazos, besos y presentes, se fotografíó con todos y conoció de cerca el trabajo que hacen los profesionales que día a día cuidan, educan y forman a los usuarios del Ángel de la Guarda. «Vosotros sí que sois unos campeones», comentó abrumado al comprobar su esfuerzo y dedicación.

Momento especial fue el cara a cara de Craviotto con el medallista palímpico José Manuel Santamaría: «Yo no soy nada a tu lado, la verdad», le dijo al conocer su palmarés. Impresionante la caja con todas las medallas que acumula ya este atleta de 48 años todavía en activo.

«Ésta es una lucha increíble, ante vosotros me quito el sombrero», dijo el piragüista aficando en Gijón, quien admitió que se había emocionado hasta el punto de no poder seguir hablando. «A nosotras casi nos hace llorar», asegura Silvia Salvador porque se mostró «encantador, agradecido, empático, atento, sonriente. Sabíamos que era un gran deportista y nos parecía muy natural, pero de verdad que es una gran persona».

De hecho, Craviotto que dedicó la mañana del último viernes del verano a los casi cien usuarios de Aspace, actuó de tal forma, sin remilgos ni postureo, y siempre con una sonrisa en la cara que «se los llevó a todos de calle».