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'La madre del emigrante' parecía mirar asombrada ante tanta expectación levantada a su alrededor. Está acostumbrada a ser admirada, pero ayer más de 600 ... personas se congregaban a las diez de la mañana en torno a ella. Sus ojos de tristeza parecían abrirse y preguntarse: «¿Qué está pasando?». El Muro era el escenario de la actividad central de 'Geolodía Asturias 2025'. Durante más de tres horas, de 10 a 13.30, un total de 22 grupos recorrieron el paseo litoral gijonés parando en seis lugares concretos para descubrir «qué tipo de rocas hay bajo nuestros pies, qué características tienen para las construcciones, cómo se originaron o los procesos de alternación naturales que afectan a los monumentos», tal como relató Montserrat Jiménez, catedrática de Geodinámica Externa en el departamento de Geología de la Universidad de Oviedo.
EL COMERCIO añadió al debate otra cuestión que muchos asistentes tenían en mente: «¿Es viable el soterramiento del Muro». «La respuesta científica es que sí es posible, pero hay que entrar en consideraciones de tipo económico y de qué es lo que realmente se quiere hacer», afirmó Luis Miguel Rodríguez Terente, director y conservador del Museo de Geología de la Universidad de Oviedo. «Si queremos eliminar el tráfico rodado y llevar a cabo un soterramiento hay que partir de la premisa de que lo que encontramos en ese subsuelo son dunas, es decir arena, después tenemos las arcillas con alteración de caliza y a continuación, a unos 14 metros, las rocas. Es necesario realizar un buen estudio geotécnico y geológico, invertir en medios técnicos y, desde luego, apostar por una buena estructura», argumentó Terente.
Para el director del Museo de Geología, «todo es superable y factible. Es cuestión de hacerlo bien. Es una obra compleja. Hay que velar por la seguridad de los edificios de primera línea de costa, pero no hay que tenerle miedo a la obra», concluyó.
Una asistente, Leticia González, juzgó «fundamental realizar este tipo de actividades. A la gente le gustan mucho». «Cierto. Nos han dejado participar aunque ya se había superado el número de personas por grupo. El Ayuntamiento tiene que ofertar más», pidió Agustín Ramos, un encargado de minas leonés que acudió exprofeso a la jornada. Tomó buena nota el edil Jorge González-Palacios, quien participó en la ruta. «El Muro permite una total accesibilidad y además contamos con intérpretes en lenguaje de signos de la Fundación Vinjoy», alabó.
Otra pregunta resonó entre las olas del Cantábrico que chocan una y otra vez contra los acantilados provocando una erosión de un centímetro cada tres años: «¿Cómo sería Gijón sin Gijón?», formularon los geólogos a los más de 600 asistentes. «La playa de Gijón está asociada a un estuario y a un río, que es el Piles. Este está canalizado al igual que la ribera del mar, pero antes tenía unas marismas donde el parque Isabel la Católica. De hecho, en el Museo del Pueblo de Asturias aún quedan restos. Por supuesto, la playa era mucho más grande de lo que es ahora y se apreciaba un gran campo dunar y de ahí el nombre del barrio de La Arena», subrayó ayer la catedrática en Geología, Ángeles Fernández.
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