El tiempo es oro en el Teatro Jovellanos
Factoría Norte cuenta a través de actuaciones y fantasmas la historia de este emblema de Gijón en sus visitas teatralizadas
En el Teatro Jovellanos de Gijón el tiempo tiene otro valor y otra densidad. Aquí, los móviles dejan de ejercer su tiranía sobre nuestra percepción y el alma se abre hasta hacernos creer en fantasmas. «¿Ha visto usted alguno?». Lo cierto es que la respuesta es afirmativa porque, una vez que el público se sitúa en la casilla de salida de las visitas teatralizadas al coliseo de Begoña bajo título 'El oro del tiempo', que dan inicio en el hall, un pintoresco personaje recorre la sala. Se trata ni más ni menos que de Gaspar Melchor de Jovellanos, quien da nombre al teatro. Así comienza la a actividad que tendrá lugar del 8 al 15 de julio de la mano de Factoría Norte y Divertia. Una oportunidad única para descubrir, desde dentro, la historia y los secretos de uno de los grandes emblemas de Gijón.
Datos
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Funciones Las visitas teatralizadas serán del 8 al 15 de julio.
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Horarios Habrá dos pases al día, a las 18.30 horas y a las 20.30 (60 minutos aproximadamente.)
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Entradas 15 euros. La entrada se puede adquirir en taquilla y 'online'. El aforo oscila entre 80 y 90 personas.
Una vez que desaparece el ilustre, los actores Rodrigo y Perla arrancan este peculiar recorrido en el que no faltan los datos históricos. Fue en 1899 cuando el teatro se estrena bajo el nombre Dindurra, construido por Mariano Marín, y tras su reconstrucción después de la Guerra Civil en 1942 cuando empieza a llamarse Jovellanos. En 1987 cierra sus puertas. Pero muchos gijoneses vieron «como un deshonor quedarse sin un teatro de esta talla». Tal fue la insistencia en conservarlo que en 1995 volvió a abrir sus puertas. Este año, celebra el treinta aniversario de su reapertura, motivo de las visitas teatralizadas.
«Universal y playa»
A través de las escaleras del hall, estos personajes introducen al público hacia el entresuelo. Desde allí, una mirada al techo del teatro permite al público ver la bóveda pintada por Melquíades Álvarez. En ella, la mar, los árboles, el día, la noche son elementos que no pasan desapercibidos. «Pinta la naturaleza de Gijón y el espíritu concéntrico y excéntrico de los gijoneses, una bóveda universal y playa», resaltan.
Algunos de los primeros éxitos disfrutados en el teatro fueron 'La corte del faraón', en 1910, que duró en cartel más de tres meses. Y como para muestra un botón, al terminar la explicación, las luces del teatro se apagan y aparece una artista con un abanico de plumas que regala a los presentes un pase de aquel espectáculo.
No es el único show que toma el escenario. Una vez situado el público en el patio de butacas, aparece Don Juan 'Playu', un Tenorio asturianizado. «¿No es verdad, ángel de amor, que en esta orilla del Piles es donde mejor se respiran los muiles?», recita embriagado.
Una vez creada esa aura mágica en el entablado, es cuando Jovellanos se anima a salir de su escondite en forma de marioneta y celebra con el público estos treinta años desde la reapertura: «No encuentro mejor causa que ser espejo de quienes amáis el arte, la cultura y la paz». El fantasma del ilustrado, que vaga entre bambalinas, tan solo espera «disfrutar de su compañía largos años más».
