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Un usuario del Puerto Deportivo de Gijón, a bordo de su embarcación. JUAN CARLOS TUERO

Los usuarios de los puertos deportivos ya pueden acceder a sus embarcaciones

Flor Guardado prevé una temporada «dura» y el propietario de Marina Yates pide que se aclare la incertidumbre sobre la pesca deportiva

EUGENIA GARCÍA

GIJÓN.

Miércoles, 6 de mayo 2020, 00:35

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Los usuarios de los puertos deportivos llevan desde el pasado 14 de marzo sin poder acceder a sus embarcaciones, ni siquiera para realizar labores de mantenimiento, pues se arriesgaban a multas de hasta 3.000 euros. No podían siquera comprobar sus amarres, arrancar sus motores, revisar la carga de las baterías o achicar el agua de lluvia... Muchos temían que sus barcos sufrieran desperfectos, lo que obligó al personal del Puerto Deportivo de Gijón y de Marina Yates a supervisar las embarcaciones en nombre de sus clientes. El inicio de la desescalada ha permitido a los propietarios volver a acceder a los pantalanes; eso sí, con las medidas de seguridad pertinentes.

«El mismo lunes bajé mirar si la lancha estaba bien amarrada y arrancar el motor, porque con los barcos pasa como con los coches: si no los arranchas se descarga la batería», señala el propietario de una de las 356 embarcaciones amarradas en los pantalanes del Puerto Deportivo de Gijón. Sus responsables han elaborado un protocolo para garantizar la seguridad de los usuarios que prohíbe el acceso de más de una persona por barco, así como el tránsito por los pasos comunes.

También se aconseja el uso de mascarilla y guantes y se pide a los clientes que mantengan, en todo momento, la distancia social recomendada.

Los propietarios tienen trabajo por delante, ya que, como explica Alejandro Cuetos, «después de cinco semanas el mantenimiento acumulado -en su caso en un velero de 9,5 metros al que accedió ayer por primera vez- es mucho mayor». En el sector no se termina de comprender por qué no se permitió al menos cierta actividad, «ya que una comprobación semanal se puede hacer de forma individual y sin riesgo». No obstante, ahora toca afanarse en poner a punto las embarcaciones para el momento en que vuelva a permitirse la náutica de recreo.

¿Cuándo se permitirá navegar?

En la fase actual de la desescalada solo se permite navegar «deportivamente y de forma individual» en embarcaciones de vela, lo que en la práctica -según aclara Segisfredo Toribios, miembro del equipo directivo del Club Pesca Candás- implica que solo se podrá navegar en veleros de menos de cinco metros de eslora, ya que son estos los que pueden realizar las maniobras de atraque y salida de puerto a vela sin necesidad de ser propulsados a motor.

En la fase I de la desescalada, que empezaría el próximo día 11, únicamente se podrá desarrollar la navegación de recreo «atendiendo a su consideración como turismo activo y de naturaleza por grupos limitados» y con limitaciones geográficas en las aguas de la provincia. Es decir, realmente se permitirá la navegación de recreo únicamente en embarcaciones de alquiler turístico. En la fase II se ampliará la permisividad a grupos más amplios de personas. Y no será hasta la fase III cuando «se autorizarán las actividades náuticas de recreo, sin más limitaciones que las que rijan con carácter general, como pueden ser las de carácter geográfico y la adopción de las medidas sanitarias de prevención».

Por tanto, no está permitida hasta la fase III la pesca deportiva en embarcación, lo que según el propietario del puerto deportivo Marina Yates, Luis Carlos Piñera, «tiene muy intranquilos a algunos armadores que no saben si, como hacen por estas fechas, les merecerá la pena preparar sus barcos para la pesca de altura del bonito y necesitan que se resuelva esta incertidumbre». Siendo la náutica un sector tan estacional, sobre todo en el Cantábrico, calcula que «los meses perdidos se notarán el resto del año y la situación económica también afectará a este tipo de ocio».

Turismo exterior

También la directora del Puerto Deportivo de Gijón, Flor Guardado, reconoce que esta temporada se presenta «dura». «Va a ser complicado retomar la actividad a niveles habituales, ya que este sector es fundamentalmente de ocio, excepto la parte de chárter que espero que también se recupere». La temporada alta comprende los meses de junio, julio y agosto, en los que pasan por los pantalanes cerca de 800 embarcaciones y 2.000 tripulantes que se quedan en Gijón una media de algo más de tres noches y suman unas 7.000 pernoctaciones. El que estas cifras puedan repetirse este año dependerá del desarrollo de la desescalada. Lo que sí está claro es que lograr unas cifras aceptables de turismo exterior, que representa un 65% de las escalas en tránsito en los pantalanes, «va a ser complicado». «La clave estará en atraer al turismo doméstico».

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