Trump pone la ley electoral a su servicio para perpetuarse en el poder
El presidente impulsa la reconfiguración de los distritos antes de los comicios de media legislatura de 2026 para conservar el control de la Cámara de Representantes
Consciente de su vulnerabilidad ante las elecciones de media legislatura de 2026, en las que podría perder el control de la Cámara de Representantes del ... Congreso, Donald Trump ha puesto en marcha un agresivo plan de acción para tornar las urnas a su favor.
Si la poderosa Cámara pasara a estar bajo control de los demócratas, supondría considerables repercusiones para su presidencia. Y no solo en términos de resistencia a su agenda legislativa. Los demócratas han anunciado que de alcanzar el poder impulsarán investigaciones sobre el líder republicano que podrían desembocar en nuevos juicios políticos, como ya sucedió en su primer mandato, cuando el magnate fue enjuiciado en dos 'impeachments' (proceso de destitución).
Trump pretende desarrollar una reestructuración completa del sistema electoral nacional para favorecer a su partido. Durante la última campaña presidencial prometió a sus seguidores que si «votaban por él, no tendrían que votar nuevamente». El Partido Republicano sabe que no podrá mantener la Cámara de Representantes en 2026 sin forzar una reconfiguración extrema de los distritos electorales en los Estados que gobierna.
El actual sistema ya es el resultado de una modificación similar implementada por los republicanos en 2010. Fue la llamada 'Operación Red Map' en los Estados del sur y el Midwest dirigida a dominar las legislaturas estatales. La reconfiguración de los mapas electorales que surgió entonces generó ganancias extraordinarias en números de representación para los republicanos, que de otra manera no se habrían producido nunca en territorios como Carolina del Norte, Michigan, Wisconsin, Ohio, Kansas y Texas, aunque en este último enclave el proceso se había realizado mucho antes, en 2003.
Los demócratas ya han anunciado que si vuelven al poder investigarán al actual presidente
De hecho, el rediseño de los mapas electorales ha hecho posible las mayorías actuales que los republicanos mantienen en las dos Cámaras. La nueva modificación en marcha es simplemente un intento de sacar todavía más jugo al invento.
El banderazo de salida se ha dado precisamente en Texas, un Estado fundamental en el mapa electoral republicano. «Allí tenemos derecho a cinco escaños más», avisó Trump. Ese plan para cambiar las normas de juego precipitó la reciente fuga masiva de cargos demócratas del Estado para impedir el cuórum necesario que permitiera la aprobación de la nueva reconfiguración de distritos ordenada por el presidente. Aun así, el senado de Texas aprobó la pasada semana la nueva formación del mapa electoral pese a que sólo dos demócratas permanecían en la sala. El nuevo mapa, que aún tiene que ser validado en la Casa de la legislatura estatal, intenta cambiar la división actual republicana/demócrata de 25-13 a 30-8.
Los republicanos, que ahora cuentan con una mayoría de ocho escaños en la Casa de Representantes, tras las vacantes originadas por la muerte de tres demócratas este año, calculan que la reconfiguración del mapa electoral les generará entre 9 y 12 escaños más, suficiente para tener un margen holgado en el control de la Cámara en 2026.
Con ese objetivo, Trump ha llamado a filas a los candidatos de las contiendas clave del próximo año. Les han enviado directrices concretas que incluyen la prohibición de dimitir o de moverse a una candidatura distinta para otro cargo. Es el caso del congresista del distrito sur de Nueva York, Mike Lawler, que aspiraba a ser gobernador. Pues bien, ha recibido la orden Trump de que no abra una vacante en la Cámara de Representantes para evitar cualquier riesgo en un distrito en el que la demócrata Kamala Harris ganó en las elecciones presidenciales del pasado noviembre.
Contra los díscolos de su partido
Todos saben que Trump trata de hundir en las primarias a los candidatos republicanos díscolos invirtiendo enormes cantidades de dinero en sus rivales. Para el ciclo electoral de 2026, el presidente ha reservado más de 430 millones con los que planea donaciones directas a sus elegidos a través de su PAC Never Surrender (Rendición Nunca).
Con todo, algunos congresistas, cansados del caótico grupo republicano de la Cámara y que buscan otros cargos en el poder, no han podido ser persuadidos. A la Casa Blanca le preocupan especialmente dos distritos: el de John James, de la costa este de Michigan, que pretende una candidatura para gobernador. Y el de Andy Barr, que aspira al Senado.
Los demócratas, por su parte, planean maximizar la ventaja en sus Estados con una reconfiguración a la inversa para contrarrestar las ganancias de los republicanos. Eso podría granjearles 11 escaños. La gobernadora de Nueva York, la demócrata Kathy Hochul, dejó claro en 'Fox News' que la guerra ha empezado y que su grupo no llevará flores a una reyerta de navajas: «Texas, si no lo paráis, nosotros lo haremos», dijo.
El gobernador de California, Gavin Newsom, lidera ya la batalla nacional con el anuncio de una propuesta electoral para la aprobación en referéndum de la Ley de Respuesta a la Manipulación Electoral, que agregará cinco distritos demócratas en compensación por los eliminados en Texas por los republicanos. Una manipulación electoral contra otra, para, como subrayó Newsom, «defender la democracia».
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