«No nos esperábamos esta acogida»
Kravets recibe en El Molinón a una familia ucraniana que llegó el jueves a Asturias y apoya una campaña solidaria en el IES Montevil
JOSÉ L. GONZÁLEZ
GIJÓN.
Miércoles, 9 de marzo 2022, 01:26
Sergey y Lilia Katrechko llegaron el jueves pasado a Asturias procedentes de Ucrania junto a sus tres hijos, Igor, Artem y Mark. Atrás dejaron una vida plena para escapar de las bombas y llegar a una tierra para ellos desconocida a la que, hasta hace unos días, solo les unía la presencia de amigos de la familia. Ayer, en el estadio de El Molinón, invitados por el Sporting y por Vasyl Kravets, jugador ucraniano de la entidad, tras la petición de EL COMERCIO, tuvieron la oportunidad de expresar su agradecimiento. «No nos esperábamos esta acogida. Es una sorpresa ver cómo nos abraza la población asturiana», afirmó Sergey Katrechko en nombre de la familia.
Con la ayuda de Anastasia Zhythyk, que hizo las labores de traductora, la familia ucraniana pudo explicar cómo está siendo su proceso de adaptación. «Les tienen que ayudar con los documentos, a integrarse en España. Necesitan una vivienda, permiso de trabajo y aprender español», explicó esta amiga de la familia, que acudió acompañada de su hermano Arseniy.
Mientras la familia explicaba su situación, Igor, Artem y Arseniy disfrutaban del césped de El Molinón con los balones con los que Kravets les acababa de obsequiar. Artem, que en su localidad natal, Gostómel, jugaba en la escuela de fútbol de Kudrivka, había venido equipado incluso con sus botas, que no dudó en ponerse en cuanto desenvolvió el balón. «Les hemos invitado al partido del domingo y Artem, que le encanta el fútbol, puede venir a entrenar a Mareo cuando quiera», afirmó Kravets. El club se hará cargo, cuando la familia lo decida, no solo de los entrenamientos, sino también del transporte de un niño que juega en la misma posición que Kravtes, lateral izquierdo, y al que ayer no se le iba la sonrisa de la cara.
No fue el único acto solidario que ayer protagonizazó el jugador del Sporting, que acudió al IES Montevil para sumarse a una iniciativa de apoyo a su país. En el vestíbulo del centro se acumulaban por la mañana decenas de cajas. En su interior, el fruto de la solidaridad de una comunidad, la de este instituto, que desde la pasada semana se ha volcado en una campaña de recogida de alimentos, medicamentos, material sanitario y enseres para enviar a Ucrania. Aún cansado por el largo viaje de la madrugada del lunes tras el partido contra la Real Sociedad B, Vasyl Kravets acudió al centro para dar las gracias a profesores y alumnos por su iniciativa y responder a las dudas de las decenas de jóvenes de entre 12 y 16 años que fueron a escucharle. «Gracias a vuestro apoyo, la gente de Ucrania va a poder vivir», afirmó Vasyl Kravets.
La iniciativa del centro comenzó a fraguarse el miércoles de la pasada semana. El jueves a primera hora enviaron una circular a los padres de los alumnos y a última hora de la mañana ya había cola para hacer donaciones. «La respuesta ha sido increíble», destacó Nuria Fernández, una de las profesoras del centro.
Con muchas camisetas del Sporting en los pasillos, los alumnos del centro pudieron hacer algunas preguntas al jugador rojiblanco, que estaba acompañado en la mesa por el director del IES Montevil, César Suárez; el profesor jubilado Manolo Carbajo; y de Andrés Zhukovsky, ciudadano ucraniano residente en Gijón que está apoyando las iniciativas solidarias con su país. Durante la charla, Kravets dejó clara su posición sobre el conflicto. «Esto no es una guerra, son terroristas rusos que atacan a civiles ucranianos. Disparan a las ciudades, donde mueren civiles», afirmó.
Vasyl Kravets relató cómo se enteró de la invasión rusa. Una llamada de su madre alertándole de que las bombas habían comenzado a caer fue la primera noticia que tuvo sobre el estallido de un conflicto que apenas le permite dormir. «Cogieron todo lo que pudieron y se fueron a una zona más segura. Desde entonces, apenas puedo dormir», relató Vasyl Kravets, quien, no obstante, sostiene que su familia «no está tan mal como otras».
Las preguntas de los jóvenes apuntaron en muchas direcciones. Por ejemplo, sobre si los niños ucranianos podían o no ir al colegio. «No se va al colegio. En la zona occidental del país la gente hace una vida más normal y se está estudiando retomar las clases. En otras zonas no es así», explicó el jugador rojiblanco. La posibilidad de volver a su país es aún una ensoñación para Kravets, quien espera que cese el conflicto y que no alcance de lleno a la zona en la que reside su familia. «Si empieza en su zona, los niños pequeños y las mujeres tendrían que venir a España. Mi padre me dice que, junto con él, soy el único hombre de la familia, quien tiene posibilidad de trabajar, y que resista todo lo que pueda», relató.
La situación de otras familias que viven en Ucrania es mucho más preocupante. Vasyl Kravets señaló que muchas no tienen «ni luz ni agua ni comida» y que «no pueden salir de las poblaciones en las que viven». El intento de abrir corredores humanitarios como se debiera tampoco ha fructificado después de que las tropas de Putin atacaran cuando se intentaba evacuar a la población. «Esta guerra es culpa de una sola persona: Putin. Los ucranianos queremos estar con la Unión Europea, pero no queremos tener la bomba atómica. Solo queremos vivir mejor y él quiere reconstruir el imperio», afirmó el jugador del Sporting.