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A. A.
Oviedo
Lunes, 28 de abril 2025, 12:32
Leoncio Diéguez Marcos, canónigo prefecto de música emérito de la Catedral de Oviedo, falleció este domingo en León, a los 84 años de edad. Tras de sí deja la que ha sido una vida excepcionalmente prolija en lo musical y también en el servicio a los demás. Su funeral se celebrará este lunes, 28 de abril, a las cuatro de la tarde en la iglesia parroquial de La Purificación, en Palazuelo de Órbigo, de donde era natural, y donde acto seguido recibirá cristiana sepultura. Entre otras cosas, fue el encargado de la armonización orquestal del Himno de Asturias, encargada por la Junta General del Principado en 1983, y del de Covadonga.
Diéguez Marcos había nacido en Palazuelos de Órbigo (León), en 1941. Sirvió como sacerdote en las diócesis de Madrid, Toledo, Zaragoza y finalmente en el año 1977 llegó a Covadonga, donde fue director de la Escolanía y canónigo de la Real Colegiata de Covadonga. Allí pasó trece años y, tras ser durante dos décadas el director del Conservatorio, desde el año 2006 fue canónigo Prefecto de Música de la Catedral. En ese año fundó la Schola Cantorum de la 'Sancta Ovetensis'.
Una vida marcada de lleno por la música y que lo llevó de aquí para allá hasta que echó raíces en Asturias a mediados de los 70. Una década después, a mediados de los años 80, se darían las circunstancias necesarias para que saliesen a la luz algunas de las que luego serían sus aportaciones más recordadas. La Escolanía de Covadonga y la Orquesta Sinfónica de Asturias —antecesora de la actual OSPA— estrenaban 'Aires de la quintana', una ambiciosa composición sinfónico-coral. Luego, en 1983, la misma formación presentaba la cantata 'Lamentatio', inspirada en el texto latino de la Primera Lamentación de Jeremías que tradicionalmente se recitaba en el oficio de tinieblas del Jueves Santo.
Ese mismo año, la Junta General del Principado encomendaba a la orquesta la armonización orquestal del Himno de Asturias. En 1985, Diéguez Marcos comenzó a desarrollar su trabajo como profesor de Armonía en el Conservatorio de Oviedo y posteriormente lo nombraron director, cargo que ocupó hasta su jubilación dos décadas después, en 2005. Por el camino vivió el cambio de la institución, que se convirtió en el Conservatorio Superior de Música 'Eduardo Martínez Torner'.
En el año 2001 con motivo del centenario de la dedicación de la Basílica de Covadonga, también compuso el motete para orquesta y coro 'Locus Iste'.
Fin a una vida de servicio musical y clerical que se ha sentido muy especialmente en el Arzobispado de Oviedo
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