En un momento feliz: la gestación de 'La Regenta'
Cuando Clarín publica el primer tomo de 'La Regenta' tiene 32 años de edad y es catedrático de Derecho Romano de la Universidad de Oviedo. ... Además se ha convertido ya en un afamado periodista, conferenciante y crítico literario. Aunque en el campo de la narrativa había publicado algunos cuentos, le bullía en la cabeza desde tiempo atrás la idea de escribir una novela.
Leopoldo Alas Ureña era conocido por su seudónimo desde 1875. El 10 de julio de 1882 había obtenido la cátedra de Economía Política de la Universidad de Zaragoza y, un mes más tarde, el 29 de agosto, contrae matrimonio con su novia, Onofre García- Argüelles, de la que está profundamente enamorado, tal como atestigua la correspondencia mantenida con su amigo José Quevedo.
Poco tiempo permanecieron Clarín y Onofre en Zaragoza, puesto que en diciembre de ese mismo año ambos emprendieron un viaje por Andalucía –que de algún modo tendrá, como veremos, eco en 'La Regenta'– al haber sido designado el escritor corresponsal del periódico 'El Día' para realizar un amplio reportaje sobre los problemas sociales en aquella región.
Durante el trayecto por tierras andaluzas, Clarín va tomando notas en un cuaderno que será utilizado para escribir esta primera versión de 'La Regenta'. En Córdoba visitarán al obispo y famoso teólogo Fray Ceferino González, también nacido en Asturias. No regresarán a Zaragoza hasta febrero de 1883 y permanecerán allí hasta el traslado de Clarín a Oviedo en julio de 1883.
Todo esto guarda relación con identificaciones que aparecen en el manuscrito primario de 'La Regenta'. Así vemos cómo en el esbozo ilustrado (la página que él llama 'Índice') se identifica al obispo filósofo con Fray Ceferino, se menciona al 'canónigo de Zaragoza' y se da a un clérigo, que podría ser el magistral, el nombre de Sarriá, que hace pensar en José Sarri Oller, de origen catalán, arcipreste de la catedral de Oviedo en aquella época y hermano del fundador de la Caja de Ahorros de Asturias, que recibirá el título de marqués de San Feliz. Sarriá es apellido catalano-aragonés. Por otra parte, en la hoja suelta con el esquema de algunas escenas, se llama Casellas –también apellido catalano-aragonés– al personaje que más tarde conoceremos como don Santos Barinaga (apellido vasco-navarro). En cuanto a Andalucía, Clarín anota: «Después de la historia de Ana. Lo dejo para que se cuente por ella, o historiarla, en otra ocasión; lo de Granada. El Generalife, las fuentes, el amor.».
Así pues, las huellas de Zaragoza y del viaje a Andalucía están presentes en este esbozo de la novela, como lo estarán también en la versión definitiva, cuando se relate el viaje de novios de Ana y D. Víctor por Granada y Zaragoza.
Como se puede observar, este manuscrito embrionario e incompleto, depositado en la Biblioteca de Asturias Ramón Pérez de Ayala, presenta cuatro fases distintas en la concepción y redacción de la novela: la primera es una simple página con dibujos del autor, en la que se relacionan lugares de acción y situaciones, y se pergeñan los 'tipos' o caracteres estableciéndose posibles identificaciones. La segunda ofrece telegráficamente la sinopsis de algunas escenas clave, aunque algunas de ellas desaparecerán en la versión impresa. Los nombres de los personajes aún no son en muchos casos los definitivos. La tercera ya es un estadio de redacción muy próximo al definitivo, en una libreta y con el doble título de 'Vetusta' y 'La Regenta', lo que demuestra que Clarín fue desde el primer momento consciente de la dualidad de su planteamiento narrativo (coral, colectivo, social por un lado, y psicológico e individual, por otro). La torre de la catedral de Oviedo, duplicada por Clarín en su dibujo, preside con toda su simbología esta fase de redacción. Clarín corrige la frase inicial: la «heroica ciudad dormía la siesta», escribe tachando «se acostaba». Aparecen, salpicados de dibujos de extraño significado, los once primeros capítulos de la novela con varias lagunas y numerosas incidencias en la paginación. El capítulo VIII queda interrumpido por lo que denomina 'Remember', una nueva serie de secuencias para desarrollar más tarde y que se resumen esquemáticamente como 'El Duelo', 'el entierro' o 'el fin del fin', entre otras muchas, destacando un tenso encuentro entre La Regenta y la madre del Magistral, que no se plasmará en el texto definitivo, pero que ha sido recuperado por Francisco Prieto Benito en su adaptación teatral 'Vetusta. Sombras y fantasmas de La Regenta', que actualmente interpreta Odisea Teatro. Los nombres de algunos personajes aún no son los de la versión impresa y también se encuentran referencias a personas de la vida real. El manuscrito continúa en hojas sueltas desde la página 281 a la 372. Por último, y como si perteneciese a otra fase de redacción, aparece un conjunto de páginas (127-186) que corresponden a los capítulos 4 y 5 de la novela.
A su regreso a Oviedo, Leopoldo y Onofre se instalan en el número 34 de la Calle Uría, en una vivienda entonces luminosa y con hermosas vistas. Allí, a partir de julio de 1883 y salvando los periodos estivales en que proseguiría con la redacción de 'La Regenta' en Guimarán, irá dando Clarín forma definitiva a lo que él mismo llegará a considerar «una obra de arte». El 12 de septiembre de 1883 nacerá su primogénito, Leopoldo Alas Argüelles, cuya gestación había coincidido parcialmente con la de la hija de su imaginación.
Salvando el triste acontecimiento de la muerte de Genaro Alas, padre de Clarín, el 24 de noviembre de 1884, cuando el autor escribe y publica el primer tomo de 'La Regenta' está viviendo una etapa de plenitud, quizá la más feliz de su vida, lo que contrasta fuertemente con la sátira –no por brillante menos feroz– que vertebra la novela, y con el poso amargo que deja su desenlace.
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