Asturias, sin industria, no es Asturias
Para llegar a la industria del futuro es necesario garantizar la industria del presente con los mecanismos que sean oportunos y legítimos, como requieren los procesos de cambio y transformación a los que estos sectores están siendo sometidos
Pese a que la prolongada y agotadora situación de pandemia que padecemos prácticamente tapa cualquier otro problema no se ha podido ocultar la delicada situación ... que atraviesa nuestro tejido industrial.
La no aprobación de una medida que dé respuesta a las necesidades del sector de mayor consumo eléctrico se ha convertido en el paradigma de cómo los intereses de Asturias, vinculados a la pervivencia de su industria, son ignorados por el Gobierno de España.
La afectación del denominado proceso de descarbonización en Asturias es un hecho que ya tiene consecuencias en materia de empleo, o mejor dicho, en la ausencia del mismo. Dicha afectación, analizada y hecha patente, se prevé absolutamente demoledora en unos términos que no tienen parangón en el resto del país.
Por otra parte, no existen alternativas para paliar la desaparición de la actividad vinculada al cierre de las térmicas de carbón. Con el agravante de que dicha situación se circunscribe en comarcas como son las cuencas mineras. Ni siquiera se ha sido capaz de cumplir el compromiso de dotar de empleo, ligado a la restauración medioambiental de las explotaciones clausuradas, a los trabajadores excedentes del sector minero.
Producto de todo esto se ha generado un sentimiento generalizado entre los trabajadores y trabajadoras del sector industrial de abandono y frustración, en el que da la sensación de que se sacrifica y prescinde de sus empleos como paso necesario en aras de un bien mayor. Postulados que desde CCOO de Industria consideramos que han sido asumidos por el actual ejecutivo central, al calor de los hechos basados en las decisiones políticas tomadas.
Existen, además, desde determinados ámbitos, burdos intentos de presentar la lucha del trabajador que ve amenazado su empleo como una especie de postura resistencialista, irreflexiva o negacionista frente al necesario progreso para la sostenibilidad. Y es gravemente preocupante que dichos postulados, de forma más o menos encubierta, sean la coartada de fuerzas políticas denominadas progresistas que pretenden pasar por la izquierda al movimiento obrero del sector industrial, al cual son ajenos totalmente tanto de 'cuerpo' como de espíritu.
Dicho 'adelantamiento' se muestra falto absolutamente de contenido cuando, por ejemplo, se sigue sin dar un solo paso efectivo mediante una legislación que permita detener deslocalizaciones dentro del ámbito de las multinacionales. Algo que demuestra que es más fácil exigir cuando se es oposición que cumplir cuando se forma parte del consejo de ministros de un Gobierno de coalición.
Por su parte el nulo peso y capacidad del Ejecutivo asturiano, fruto de la ausencia de una postura claramente confrontada con el Ejecutivo central, basándose en la acción política y no en meros trámites administrativos, da como resultado el desprecio más absoluto para con nuestra región. La tan manida lealtad institucional de un gobernante se debe, por encima de todo, para con sus ciudadanos y no ha de ser una formula de seguidismo partidista. A este respecto, el presidente del Principado ha recibido de manos de las organizaciones sindicales, partidos políticos y representación patronal una potente herramienta, en forma del acuerdo alcanzando a través de la Alianza por la Industria. De su capacidad y responsabilidad depende el saber utilizar dicha herramienta.
Pero si bien la actuación en el ámbito político es necesaria, desde CC OO de Industria de Asturias consideramos igualmente imprescindible la actuación de la sociedad asturiana. La inmensa mayoría de los ciudadanos y ciudadanas han sabido entender que no se podía seguir ignorando durante más tiempo la realidad. Ni tampoco sentirse culpables o mostrar vergüenza por una industria que durante decenios ha sido el soporte vital necesario para el sostenimiento de las necesidades generales de la sociedad española. Por ello, además de las herramientas políticas e institucionales en CC OO vemos necesario desarrollar la herramienta más potente que tiene nuestra sociedad y, por supuesto, las organizaciones de trabajadores y trabajadoras: la movilización social.
Movilización social de los trabajadores y trabajadoras, por supuesto, pero también de todos y todas los que creemos que las palabras deben de ir acompañadas de hechos y que para llegar a la industria del futuro es necesario garantizar la industria del presente con los mecanismos que sean oportunos y legítimos, como requieren los procesos de cambio y transformación a los que estos sectores están siendo sometidos.
Los trabajadores de la industria están acostumbrados a defender su empleo y siempre lo han hecho acompañados de la sociedad asturiana, algo que tenemos intención de seguir haciendo con las mesas y acuerdos que sean precisos, pero también en la calle cuando, como ahora, sea necesario.
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