Dura realidad para Europa
Tras el acuerdo AUKUS, la Unión Europea debe dar pasos para tener una única voz
El pulso por la hegemonía mundial entre China y Estados Unidos pasa por que los demás actores tomen partido sin fisuras y con todas sus ... consecuencias. El presidente norteamericano, Joe Biden, ha dejado fuera del acuerdo trilateral de Defensa para el Indo-Pacífico (AUKUS: Australia, Reino Unido y EE UU) a sus aliados europeos de la OTAN y a Canadá. Además, Japón y Corea del Sur no entran en los planes del Pentágono para hacer frente a los desafíos de Pekín o quizá no estén en disposición de poder hacerlo porque su presencia sí podría interpretarse como una provocación mucho más directa, aunque sobre el terreno y si las tensiones pudieran alcanzar límites que nadie desea, su posición sería claramente al lado de los norteamericanos. La cuestión que nos afecta más directamente a los europeos es: ¿por qué Washington deja fuera a aliados europeos como Francia, Alemania, Italia o España? Lo peor para la Unión Europea es que no se le puede considerar como un actor en sí porque uno de los grandes problemas que tiene es la falta de una política exterior común que implicaría un incremento definitivo de las implicaciones políticas.
Hay dos planos a tener muy en cuenta para la dura realidad que tiene que afrontar Europa con la situación actual del mundo, muy polarizada por la amenaza que representa China para EE UU, por la salida del Reino Unido de la UE, por la recuperación de Rusia en la escena internacional y por los efectos de la pandemia en la economía y en el empleo que dependen ahora de la economía digital y los minerales que son imprescindibles. El primer plano que debemos afrontar los europeos es decidir qué queremos ser de mayores, si es que queremos ser mayores o quedarnos como comparsas volátiles a expensas de una u otra potencia mundial. Y el segundo plano implicaría tomar partido por una potencia con todas las consecuencias. Dar el paso para que la UE sea adulta y tenga una única voz requiere dar pasos de gigante a nivel político, económico y fiscal. Para definirlo de una manera clara: crear de una vez los Estados Unidos de Europa, con un gobierno único, un presupuesto acorde con las necesidades, armonización fiscal y un Parlamento con las competencias imprescindibles. Y después, tomar partido por quien sería lo más lógico, que es el bloque de Estados Unidos, Reino Unido y Australia. Muy complicado que la Europa de los 27 tome estas decisiones, de los pasos hacia una unión que supere los intereses nacionales, pero puede llegar el momento en que la decisión sea inevitable y exija improvisación y audacia política. Lo deseable es que no hiciera falta, como siempre, estar en el abismo para adoptar decisiones trascendentales.
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