Economía de rostro humano
La concesión del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales al profesor Amartya Sen supone un motivo de satisfacción, tanto por el merecido agradecimiento a ... su extraordinaria trayectoria como por el reconocimiento a esa «economía de rostro humano» a la que el profesor Sen ha dedicado su vida, con destacadas contribuciones tanto teóricas como empíricas.
Además de reconocer la amplitud y calidad de sus aportaciones en el ámbito de la economía del bienestar, el análisis de la desigualdad y la pobreza, me gustaría destacar el compromiso ético y el carácter innovador que se refleja en su trayectoria. Estos rasgos se aprecian, por ejemplo, en las medidas de pobreza propuestas por Sen en 1976, que, además de sustentarse en axiomas sólidos, pueden también ser interpretadas de forma muy intuitiva como síntesis de los 'gaps de pobreza', que miden la distancia entre las rentas de los individuos y la denominada línea o umbral de pobreza.
También la pregunta '¿Igualdad de qué?' con la que el profesor Sen tituló su 'Tanner Lecture' de la Universidad de Stanford en 1979 ilustra su interés en justificar conceptualmente sobre qué dimensión deben ser evaluadas la igualdad y la justicia. Esta contribución se considera precursora de los actuales estudios de (des)igualdad de oportunidad en los que se trata de aislar la desigualdad debida a las circunstancias, distinguiéndola de la asociada a los esfuerzos.
La extraordinaria trayectoria académica de Amartya Sen se une a una calidad humana reconocida por las numerosas personas e instituciones, tanto universitarias como de otros ámbitos, con las que todavía mantiene colaboraciones. En Harvard, Oxford o Delhi, asesorando a Naciones Unidas, enseñando en Bangladesh o en un webinar desde Londres... el profesor Sen muestra, además de su talla científica, una humildad poco habitual y muy de agradecer en estos tiempos.
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