Nos matan por ser mujeres
Verano, más tiempo libre, cambian las rutinas, aumenta la convivencia, las olas de calor crecen... Todo este cóctel puede derivar en un aumento de la ... violencia en las mujeres. Se empieza por el maltrato y se termina en el asesinato.
Bien sabemos nosotras que la violencia machista no entiende de vacaciones. Puede ocurrir en cualquier época del año, pero si algo tenemos seguro es que estos son añadidos. La verdadera causa de estos brutales asesinatos es el machismo. El machismo instalado en la sociedad, que es el que mata. Machismo que se ve reforzado por el negacionismo de la ultraderecha que blanquea el maltrato y la violencia contra las mujeres.
Se trata de terrorismo machista y como tal debe ser tratado. Debe ser prioridad en la agenda del Gobierno porque no es un problema privado, nos afecta a todas y todos. Es una emergencia social y debe ser toda la sociedad, instituciones de todo el Estado, sistema judicial y policial, todos juntoslos que trabajen unidos para frenar y poner fin a esta espiral de violencia machista que sufrimos las mujeres, ya que se está vulnerando un derecho humano: el derecho a la vida. A una libre de violencia.
Es evidente que en la mayorÍa de los últimos asesinatos hubo fallos. Sino que expliquen cómo es posible que uno de los asesinos hubiera sido denunciado por parejas anteriores.
Se trata de un maltratador reincidente, los más peligrosos porque normalizan la violencia. Pero las denuncias previas no fueron un obstáculo para que volviese a actuar con total impunidad asesinando a la mujer que compartía su vida. Todo porque la justicia no consideró necesario protegerla a pesar del riesgo que corría.
Se debe pasar de las condolencias por parte de las autoridades y de los minutos de silencio a la acción. Hay que proteger a las mujeres, revisando los protocolos del sistema VioGen, poniendo el foco en los maltratadores.
Son los que deben estar vigilados. Romper la orden de alejamiento debe poner en alerta al sistema para que dejen de actuar con esa impunidad, porque ellos, los asesinos, siempre están demasiado cerca. Corregir los agujeros por los que se cuelan estos maltratadores. Ofrecer ayuda real a las mujeres, donde el sistema les facilite vivir con tranquilidad sin tener que mirar para atrás es prioritario.
La violencia machista compromete a la sociedad porque cuestiona valores comunitarios como la libertad y la igualdad.
Los últimos asesinatos demuestran que aún queda mucho trabajo por delante.
El camino a seguir es la educación en igualdad y la sensibilización social para que podamos vivir en un mundo libre de violencias contra las mujeres. Y para que las flores que reciban las mujeres no sean las de su funeral.
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