
A propósito de Han: mirar desde la distancia
El pensamiento del Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2025
Guillermo Moreno
Miércoles, 7 de mayo 2025, 22:33
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Guillermo Moreno
Miércoles, 7 de mayo 2025, 22:33
La crítica de Han a la sociedad está realizada desde la distancia y para una cierta distancia. Cuando describe la sociedad del cansancio, Han no ... piensa en el saber vivir español («a pesar del gobierno», que diría el profesor Carlos Rodríguez Braun), sino en la sociedad surcoreana que dejó atrás cuando se trasladó a Alemania. Pero desde esa distancia, nos resuena.
En puridad, Han no presenta evidencias empíricas sólidas para defender sus tesis, ni es riguroso científicamente con el uso de términos técnicos. Uno puede echar en falta argumentos explícitos, o notar que expone el pensamiento de los autores de los que toma algunas de sus ideas desde su propia mirada heterodoxa. Sus textos más leídos no pretenden discutir a nivel académico 'papers' con otros académicos, y creo que no habría que leerlo juzgándolo desde ese parámetro.
Los escritos que le han valido la notoriedad son, más bien, ensayos impresionistas, provocativos, alarmistas y nostálgicos. Pero también son esperanzadores, constructivos y edificantes. Paradójicamente (¿o no?) son consumibles (y consumidos); su lectura no es difícil y no requiere de conocimientos previos en filosofía. Aunque resulte irónico, él mismo es un gran empresario de su trabajo intelectual y, a mi juicio, esto no es reprobable, sino digno de elogio. La ironía, en fin, es una cuestión de distancia.
Han presenta un retrato desfigurado de nuestra sociedad (a la que llama neoliberal) y nos insta a adoptar actitudes cercanas al desasimiento budista. Su idea de la 'negatividad' es una versión romántica de la ataraxia epicúrea y la búsqueda del nirvana budista más oriental. Él la llama vida contemplativa y lo entiende como una distensión y ralentización de los tiempos de vida, una búsqueda de la amistad y el amor, el cultivo de la atención a través del silencio y el diálogo sosegado. Estas propuestas nos resuenan, pero algunas de ellas pueden ser equívocas. 'No hacer' puede ser un buen principio, pero los problemas solo se solucionan si uno los afronta. El silencio es hermoso… solamente cuando uno puede decidir hablar libremente.
Otras ideas de Han pueden resultarnos atractivas por funcionar como mitos de nuestras pesadillas: que nos explotamos a nosotros mismos porque trabajamos mucho, que la libertad es una carga porque implica responsabilidad, etc. Cuidado también con estos reflejos de deseos infantiles: que se nos concedan todos los derechos, pero ninguna obligación.
La virtud, a mi juicio, más reseñable de los escritos de Han es que nos alertan contra versiones perversas de algunos de los motores de nuestra sociedad. Tomarlas demasiado en serio puede ser un mal negocio, pues el romanticismo de Han suele olvidar los logros de nuestra sociedad. Pero no atenderlas puede conducirnos a futuros distópicos. Término medio, 'caveat emptor'.
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