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Hace años que mantengo (en esta columna y en cualquier conversación que me hayan oído) que las ciudades solo se conocen a pie. Incluso las ... enormes, aquellas que uno solo puede aspirar a visitar en tramos o por barrios, verdaderamente se disfrutan paseándolas. Los tour turísticos hace años que entendieron que solo a pie se disfruta y los autobuses turísticos, salvo en lugares en que la distancia es insalvable, van a menos ante la pujanza de los caminantes.
Traigo esto hoy a colación porque el nuevo tramo peatonal de la calle Mendizábal hasta Los Pozos y Ramón y Cajal ha abierto para su uso.
No me pidan que les diga que el desarrollo de la obra me ha gustado, porque no es así. En plena Navidad, con el centro lleno, la contratista tenía vallas y el suelo sin asfaltar. Supongo que son imposibles derivados del trabajo realizado, pero es cierto que si se hubieran apurado plazos, esto que vivimos a principios de febrero nos hubiera ahorrado mojaduras en los pies y esquivar una zona que hace tiempo es pujante en la ciudad.
Pero miremos adelante, y caminemos. Porque ese nuevo centro peatonal es un logro. Recuerdo las primeras peatonalizaciones, hace un cuarto de siglo, y cómo nos echábamos las manos a la cabeza pensando en que era imposible ordenar el tráfico sin pasar por la plaza de la Catedral o el Ayuntamiento. Y veo cómo hoy, mis hijas, se ríen cuando ven coches estacionados en fotografías en la plaza del Riego o en el Fontán.
Ganar espacio para el caminante es ganar ciudad y contribuir a su crecimiento. Las Zonas de Bajas Emisiones, que son obligatorias para no cargarnos este planeta, insisten en que el espacio del transeúnte debe ampliarse siempre que se pueda.
Y ahora, en el núcleo central del Oviedo histórico, usted está obligado a caminar so pena de ser multado por las cámaras que vigilan que los vehículos sean únicamente de residentes y de carga y descarga. Y lejos de ser una sanción, es una bendición, porque ahí están nuestros hijos, paseando con tranquilidad, sabiendo que los vehículos son contados.
Hace muchos años, cuando aún era concejal de este Ayuntamiento, se valoró un proyecto de ampliación del Campo San Francisco en Uría, Conde de Toreno y Santa Susana, que enlazaría con la Plaza de España y la zona de Llamaquique. Recuerdo haber visto hasta infografías.
Como siempre, muchos se echaron las manos a la cabeza. Yo sigo confiando en verlo algún día. Y poder cruzar desde El Campillín hasta los juzgados en un agradable paseo de una pequeña ciudad del Norte que apostó porque sus ciudadanos puedan caminarla a diario.
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