Desiderata de la novela negra
La novela negra se ha convertido en uno de los mejores géneros para escudriñar la naturaleza humana, ahora que los malos están desapareciendo de los cuentos para niños y les muestran una versión edulcorada de la realidad
Tras el éxito de FeLiX 2025, la Feria del Libro de Gijón, celebramos una nueva edición de la Semana Negra hasta este domingo 13 de ... julio. Para ambientarme en el evento estoy leyendo 'El olor de la noche', que compré hace unos días, una novela policiaca de Andrea Camilleri, que tiene como protagonista al comisario Montalbano.
Lo más prestoso de la novela negra es que el planteamiento y la conclusión de los casos se suelen hacer utilizando el razonamiento deductivo. En filosofía se define como el tipo de razonamiento en el que la conclusión, que inferimos de los datos, premisas o indicios con los que contamos, es necesaria, en virtud de la estructura o forma misma del razonamiento, sin que tenga que ver en ello el contenido de esos datos. Podemos encontrar este tipo de método de investigación deductiva en cualquiera de los libros de Poe, por ejemplo, en 'Los crímenes de la calle Morgue' que leí hace tiempo y en el libro de Conan Doyle, 'El signo de los cuatro', que aparecerá próximamente en los quioscos. Leer novela negra es alegóricamente como entrar en la urdimbre de un intrincado rompecabezas diseminado entre sus páginas. Comenzamos con una imagen que percibimos de antemano (el planteamiento) que viene impresa en la tapa de la caja que contiene las piezas y luego de la mano del narrador –cuyo personaje puede ser un detective, un héroe, un espía, un policía, un asesino o cualquier otro tipo de protagonista– vamos colocando sobre la superficie de la mesa una pieza tras otra e intentamos que encajen. En el proceso vamos teniendo la seguridad, a medida que avanzamos en la lectura, de encontrar el lugar adecuado para cada pieza y también la pieza adecuada para cada lugar. Pienso que el buen autor de novela negra cuando hace el esquema general o el boceto asegura el acoplamiento mutuo de las piezas para llegar a la conclusión final, salvo que juegue sucio con el lector y vaya dejando personajes que parecen importantes por el camino. La resolución del rompecabezas sigue, como mencioné anteriormente, la lógica de los razonamientos deductivos y tanto el autor como el lector inmerso en su lectura hacen bricolaje, que permite ir encajando las piezas del puzzle. De tal manera que el lector acaba viendo a través de los ojos del protagonista y siguiendo su razonamiento especulativo encuentra las pistas para vivir con él, no las pesquisas ni el crimen ni el dolor ni la pena, sino la aventura vertiginosa que supone descubrir la intriga y sus tortuosas tramas.
En otro orden de cosas, últimamente suelo comparar la novela negra de antes, cuando no había internet ni telefonía móvil ni mensajería digital ni redes, con la de ahora. La realidad digital se tiene en cuenta por los novelistas actuales. En la nueva novela policiaca suelen aparecer pasajes en los que un número de teléfono móvil nos puede permitir rastrear la ubicación del personaje, sus contactos y sus descuidos. Los mensajes enviados y audios quedan grabados y se pueden convertir en peligrosos testigos de cargo muy incómodos. El fácil acceso a la información que permite internet ha hecho declinar la pericia que mostraban los detectives cuando no contaban con la información que las redes tienen de cada uno de nosotros y tenían que bajar al 'subsuelo' para encontrar los informantes. Ahora basta rastrear con un ordenador o con el 'smartphone' las redes para descubrir pistas y la identidad del sujeto que buscas.
La novela negra se ha convertido en uno de los mejores géneros para escudriñar la naturaleza humana. Ahora que los malos están desapareciendo de los cuentos para niños y les muestran una versión edulcorada de la realidad, porque los malos existen; el festival pone la atención en la literatura infantil y juvenil. El personaje del héroe, más que el malo, es el que siempre me ha seducido. El que se pone del lado de los débiles y escoge el trayecto hacia lo que es justo, incluso yendo en contra de sus intereses. De este tipo de héroes quedan pocos, más bien los que existen son personas que a causa de su egoísmo y de su instinto de supervivencia acaban dando lo mejor de sí mismos. Se denominan héroes por accidente. Algunos de ellos dicen cosas tan cargadas de significado como éstas de Alvite en el magnífico libro, 'Historias del Savoy': «El ambiente estaba tan cargado que casi no se veía el humo» o «El éxito es el único fracaso que se puede permitir un tipo como yo», o esta tercera, «es una de esas mujeres que te presentan una vez en la vida y te cambian para siempre de lado la muerte y el peinado». Disfruten de la Semana Negra.
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