Perán y sus desdichas

La bahía de Perán ya no puede con más deterioro y contaminación. La cadena de despropósitos, en la que todos los partidos políticos de Carreño ... tienen su parte de culpa, ha llevado a esta preciosa ensenada, en otro tiempo refugio de embarcaciones y estuario de alevines y perlas cultivadas, a ser, en la actualidad, símbolo y abandono de quienes tenían que ser sus principales responsables. Esto es, la Demarcación de Costas del Principado (Paraíso Natural) y el Ayuntamiento de Carreño (muy amigo de la gastronomía y del folklore). Para que nos escuchen, parece que solo queda llevar a los responsables a la Justicia por tanto deterioro. Porque Carreño, y hay que decirlo una vez más, es uno de los concejos con más altas emisiones contaminantes por tierra, mar y aire. Sí, somos campeones en pinchos, tapas, rutas gastronómicas, y también en haber convertido nuestros montes, como sucede en casi toda Asturias, en un nefasto ocalital para enriquecer a las papeleras. Uno no llora sentimientos del pasado, que no van a ninguna parte. Pero procurar que, en este caso, rescample la bahía de Perán y su río Espasa corresponde sin más dilaciones a la iniciativa de un pueblo que no sólo piensa en festivales, y a la Demarcación de Costas. La bahía de Perán, digo, para que vuelvan a darse condiciones y haya vida y quede abierta a los que bajen a su orilla sin encontrar gatos muertos, ratas podridas, deshechos y suciedad. Bajar a sus orillas, pero no como ahora –y vergüenza da decirlo– por esa especie de túnel de la bruja, hoy tenebroso, destrozado y lleno de miseria, y al que uno, 'in illo tempore', recuerda verlo lleno de nidos de golondrinas.