El Teatro Santarúa
Una vez más, llama nuestra atención (y nos deslumbra) una de las fotos que el maestro candasín Alberto Feijoo Ibaseta ha hecho y colocado estos ... días en Facebook. Es la cara, entre guirnaldas de flores, de la diosa Talía, una de la tres Gracias de la mitología griega hecha al estilo romántico de la época. El texto que acompaña a la foto de Feijoo está lleno de una literatura que no puede ser más elocuente, triste y a la vez preciosa y sentimental. El domingo 12 de abril de 1903 se inaugura el Teatro Santarúa. Y ese mismo día EL COMERCIO da la noticia con este titular: «Teatro en Candás». Y sigue diciendo el decano: «Hoy se inaugurará, en la inmediata villa de Candás, el Teatro Santarúa, que acaba de ser construido para instrucción y recreo de este industrioso pueblo».
Han pasado, pues, 121 años desde que, con la zarzuela 'El santo de la Isidra', se abrieron las puertas de este teatro que, a pesar de las numerosas desapariciones de edificios emblemáticos de nuestro pueblo, todavía se mantiene en pie. Coronando su fachada hay una grande, hermosa y clásica peineta con la cara en relieve de Talía; una montera ramilleada flores y frutos que todavía resiste heroica, y que es la que ahora Feijoo pasa por el semblante y la memoria olvidadiza del pueblo. El teatro Santarúa cayó en desuso cuando fue adquirido por Conservas Albo y convertido en almacén. Ahora es un cementerio de escombros, con sus esquinas y paredes verdecidas por el paso de los años, muy cerca de las dos altas chimeneas de la fábrica, ahora también muertas de frío.
La cara de Talía, en la calle de la Fuente, donde ha quedo olvidada como una careta de carnaval. Este es nuestro modesto tema de la crónica de hoy. El acercarse uno a este pequeño trecho de la calle y, de pie sobre la acera, permanecer parado un rato ante el Teatro Santarúa.
Darse cuenta de la capacidad de olvido que tenemos. De lo mucho que Candás ha perdido, pero que con la vigilancia de todos podríamos, siquiera, salvarlo y no perder más.
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