El cruce de la muerte americano
Cuántas personas se jugarían su vivienda a un doble o nada? Probablemente muy pocas, excepto un ludópata, claro está. Pero ¿cuál es la razón por ... la que casi cualquier persona normal rechazaría esa apuesta de doble o nada? La Teoría Económica Clásica y la moderna escuela conductista coinciden en la existencia de un concepto que los economistas conocemos como 'Utilidad Marginal Decreciente', es decir, que cuando una persona compra una camisa, teniendo sólo dos camisas, la camisa nueva le proporciona más utilidad que si ya tenía treinta camisas. Esa idea es aplicable a cualquier faceta de la vida y explica la existencia de otro concepto básico en economía como es el de 'La aversión al riesgo'. Sentimos aversión al riesgo y rechazamos la apuesta de doble o nada sobre la vivienda porque el desastre o desutilidad que supone perder la única vivienda que se tiene y en la cual se vive es muy superior a la utilidad o ventaja que aportaría contar con una segunda vivienda.
El concepto de 'Aversión al riesgo' explica el funcionamiento de los mercados de Renta Fija y de Renta Variable. Entendemos por Renta Fija aquella manera de colocar el dinero en la cual no hay o casi no hay riesgo para el capital invertido (en determinados préstamos a particulares o empresas sí hay riesgo de impago y eso el mercado lo ajusta con una 'prima de riesgo', es decir, mayor interés para compensar el riesgo asumido). Por esa razón, lo habitual es que la deuda pública a largo plazo pague mayores intereses que la de corto plazo, excepto situaciones transitorias anómalas conocidas como 'inversión de la curva de tipos de interés'. En cuanto a la Renta Variable, es decir, acciones y similares no hay garantía alguna de recuperar el capital invertido y, consecuentemente, ese mayor riesgo se compensa con mayores expectativas de beneficios que los que se pueden obtener en la Renta Fija. En una sociedad normal es inconcebible y malsano que alguien pueda obtener mayor rentabilidad como rentista o como depositante de plazos fijos o poseedor de Letras del Tesoro que invirtiendo en negocios, acciones, bolsas, etc. No olvidemos que la bolsa no es otra cosa que un mercado en el que se compran y venden trozos de negocios o empresas y esos trozos se llaman acciones y en el que puede participar cualquiera con un billete de diez euros.
Toda la vida económica y gran parte de las decisiones humanas giran, sin ser conscientes de ello, en torno a esos dos conceptos: La Utilidad Marginal Decreciente y la Aversión al Riesgo, siendo el segundo consecuencia del primero. En condiciones normales, el mercado lo equilibra todo y la rentabilidad esperada de una inversión en la bolsa es mayor que lo que se puede conseguir en la renta fija (Plazos fijos, Bonos, Obligaciones, Letras, etc), cosa lógica porque el riesgo de la inversión en bolsa es mayor. El mediático economista Robert Shiller, (Detroit, 1946), laureado con el Premio Nobel de Economía del año 2013, compartido con Eugene Fama y Lars Hansen, afirma que «en condiciones normales, el mercado lo equilibra todo o casi todo, pero hay excepciones en las cuales se forman burbujas irracionales».
Y, ahora, estamos asistiendo a una de esas 'anomalías' en Estados Unidos ya que la Renta Fija estatal da más rentabilidad que la variable. La Renta Fija paga por encima del 4% desde un plazo de un día hasta 10 años y a partir de ahí ya paga intereses cercanos al 5%, lo cual ya es un poco extraño porque la curva de tipos de interés es casi plana, aunque hubo momentos aún más anómalos en los cuales la curva llegó a ser invertida. En cuanto a las bolsas, el Dow Jones, el S&P500 y otros índices similares, tienen un PER cercano al 28. PER (Price Earning Ratio) es el multiplicador precio/beneficio. Es decir, si una empresa cotiza a 280 dólares/acción y da beneficios de 10 dólares/acción, eso quiere decir que hacen falta 28 años para recuperar vía beneficios el precio pagado en la compra de la acción. Dicho de otro modo, si dividimos 100 entre 28, llegamos a la conclusión de que la rentabilidad esperada de dicha inversión en la bolsa americana es del 3,58%, notoriamente inferior a la que se puede conseguir en la renta fija. Es decir, ¡se corren riesgos para ganar menos! Ese cruce entre las rentabilidades de la renta fija y la renta variable es conocido como 'cruce de la muerte' y esa singularidad no permanecerá mucho tiempo. Esa anomalía se corregirá de uno de los siguientes modos:
a) Bajando de forma drástica los tipos de interés de la renta fija, de modo que ofrezca menor rentabilidad ser rentista que inversor en bolsa.
b) Con una gran bajada de las bolsas, lo cual hace que al disminuir los precios de una acción, el multiplicador PER baje y la rentabilidad para quien compre esas acciones ya más baratas, (después del hachazo), ya sea mayor que lo que pueden conseguir los rentistas de la renta fija que no corren casi riesgos.
c) Con una gran mejora de las expectativas de los beneficios futuros porque eso reduciría el multiplicador PER.
d) Con una combinación de las tres anteriores, aunque no se sabe en qué medida.
No sé cuál de las cuatro vías se seguirá para reconducir la singularidad actual a una situación normal, lo único que está claro es que esto no seguirá así mucho tiempo.
Cuando se afirma, simplistamente, que la bolsa está cara o barata viendo el PER, se está omitiendo la mitad del problema porque lo que hace que esté cara o barata es la comparación con lo que se puede obtener en la otra inversión alternativa que existe que es la Renta Fija. Los grandes periodos de rentabilidad bursátil estuvieron ligados al nacimiento de nuevas tecnologías que cambiaron el mundo y/o a la existencia de tipos de interés muy bajos, como durante el mandato del que fuera presidente de la FED, el mítico Alan Greenspan, el cual es adorado por unos y considerado como un bombero-pirómano por otros. El PER de la bolsa neoyorquina llegó a ser del 5 y puntualmente superó el 40 pero la bolsa puede estar más cara con un PER del 28 y los tipos altos que con un PER del 40 y los tipos bajos. Ambos mercados, Renta Fija y Renta Variables son como las dos caras inseparables de una moneda. Por eso, Jerome Powell, actual presidente de la FED, tiene enormes presiones para bajar los tipos de interés pero las tensiones inflacionistas también aconsejan no bajarlos, lo cual supone un gran dilema.
Volviendo a la pregunta inicial, aquí, muchas personas no se encuentran ante la disyuntiva de jugarse su vivienda en una apuesta a doble o nada porque… no tienen vivienda y algunos incluso tienen problemas para tenerla en alquiler, como consecuencia de las demenciales medidas adoptadas que perjudican a quienes dicen querer proteger, generando escasez de vivienda. Occidente, y España en particular, viven en un 'cruce de la muerte' que no se mantendrá mucho tiempo. El dogmatismo extremo, condujo a la esquizofrenia social. Pero, la sabiduría popular ya dice que «no hay peor ciego que el que no quiere ver» y el refranero británico dice «no me saques de mis errores que vivo muy a gusto con ellos». Aunque, a mí me gusta ante todo… «sarna con gusto no pica».
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