El legado de Kahneman
El recientemente fallecido psicólogo derribó algunas hipótesis tradicionales, como la que indica que el ser humano toma las decisiones económicas más racionales en cada momento de acuerdo a la información de la que dispone
El reciente fallecimiento del polifacético (psicólogo, pero con gran formación en campos como la economía, matemáticas, informática o sociología) Daniel Kahneman, nos deja un ingente ... legado intelectual que derriba, entre otras, algunas hipótesis básicas de la Teoría Económica tradicional, como la referida al 'homo economicus', que presume que el ser humano toma las decisiones más racionales en cada momento, de acuerdo a la información de la que dispone. Kahneman demostró que no es así y que en condiciones de alta incertidumbre el ser humano 'ataja' en los sistemas de toma de decisiones y se deja guiar e influir por conceptos básicos como «la aversión al riesgo», etc. Por dichas aportaciones fue laureado, junto con Vernon Smith, en el año 2002, con el Premio Nobel de Economía.
Kahneman nació en Tel Aviv en 1934, pasó su infancia en Francia y después de la Segunda Guerra Mundial regresó a Israel, viviendo los inicios de la creación del nuevo estado. Estudió en la Universidad Hebrea de Jerusalén, obteniendo el doble grado en Psicología y Matemáticas (Kahneman sabía de lo que hablaba, lo suyo no era mera palabrería hueca). Durante su servicio militar ideó un sistema de entrenamiento para nuevos reclutas que se puso en práctica durante muchos años en Israel. Posteriormente, Kahneman se trasladó a Estados Unidos, vinculándose a la Universidad de Berkeley y participó, dados sus conocimientos matemáticos, en el desarrollo del lenguaje de programación de alto nivel denominado Fortran (que a muchos nos trae recuerdos de los tiempos de la Facultad de Economía de Oviedo en sus años iniciales), bajo el auspicio de IBM. Después de un paréntesis de ocho años en los cuales impartió su sabiduría en Canadá, volvió a Berkeley, para finalizar su brillante periplo en Princeton.
Casi toda la obra que desarrolló Kahneman cuestionando la existencia de ese 'homo economicus' racional, que maximiza la utilidad esperada por cada una de sus decisiones en entornos de incertidumbre, la llevó a cabo con Amos Tversky y, de hecho, en la recogida del galardón del Premio Nobel hubo una mención especial para Tversky, que había fallecido años antes por un melanoma metastásico.
Las prolíficas y extensas investigaciones de Kahneman y de su inseparable Amos Tversky pusieron de relevancia varios aspectos que influyen en el proceso decisor del ser humano, como son los siguientes:
1. La ley de los pequeños números. El ser humano tiende a no tener en cuenta que la ley de los pequeños números hace que se 'alise' la distribución del riesgo. En un estudio realizado por Kahneman y Tversky, demostraron que casi todas las personas consideran igual de probable que nazcan en un día un 60% de niños en un hospital pequeño que en uno grande, cuando es obvio que en el grande se tenderá mucho más al 50% que en el pequeño. Si una persona tira la moneda al aire dos veces la probabilidad de que salga cara ambas veces es del 25%, pero si tira la moneda al aire cien veces la probabilidad de que las cien salga cara es prácticamente cero.
2. El fenómeno que Tversky denominaba como «historia repetida», que hace que la gente no distinga causalidad de casualidad. Muchas personas para seleccionar un fondo de inversión en el cual depositan su dinero tienen casi sólo en cuenta la rentabilidad obtenida por el mismo en los últimos años. En cambio, la Teoría de los Mercados Eficientes con Eugene Fama como principal impulsor, demuestra que la rentabilidad del pasado no tiene nada que ver con la que se obtenga en el futuro, como advierten los propios folletos de los fondos de inversión.
3. El principio de representatividad y de probabilidad conjunta. En los años gloriosos de la rivalidad tenística entre el sueco Borg y el irascible norteamericano McEnroe, se hizo un estudio de opinión en el cual los apostantes veían más probable que Borg perdiera el primer set y que después ganase el partido que el hecho aislado de que perdiese el primer set, lo cual es totalmente irracional porque no puede ser más probable que ocurran el suceso A y el B, que no que suceda sólo el A.
4. El factor disponibilidad. Los individuos tienden a sobrevalorar la probabilidad de que sucedan hechos aislados y excepcionales, ya que el peso que los mismos tienen en las noticias, hace que se les atribuya una frecuencia muy diferente a la real.
Antes que Kahneman, en 1978 el norteamericano Herbert Simon ya había sido laureado por aportaciones que apuntaban en la misma dirección, al sostener que en entornos de alta incertidumbre y de gran complejidad de análisis, el ser humano trata de «garantizar» un resultado aceptable, más que maximizar el mejor resultado posible esperado. Y, posteriormente, en el año 1988, el francés Maurice Allais, célebre por su famosa 'Paradoja de Allais', obtuvo también el Premio Nobel de Economía al demostrar que el ser humano seguía unos criterios «no transitivos» de asignación de probabilidades a un hecho. Es decir, podía pensar que A era más probable que B y que B era más probable que C, pero que a la vez C era más probable que A, lo cual es totalmente imposible. Ese tipo de paradoja, también analizada por el norteamericano Ellsberg, deja a las claras la inconsistencia de la racionalidad humana en la toma de decisiones complejas. En la misma línea de Kahneman, otro israelí, al cual he dedicado recientemente un artículo, Dan Ariely, expone en su célebre obra 'Las trampas del deseo' las razones profundas que guían las decisiones del ser humano en entornos inciertos.
Además de los brillantes artículos que Kahneman y Tversky publicaron conjuntamente durante muchos años, Kahneman publicó varias obras, destacando una que forma parte de la mesilla de noche de muchas personas. Se trata de la célebre 'Pensar rápido, pensar despacio'. Según su teoría, el cerebro humano funciona en base a dos sistemas. El primero, denominado Sistema 1, es intuitivo, rápido y nos ayuda a sobrevivir. Es un sistema que está basado en el almacenamiento de millones de experiencias no conscientes que archivamos y que nos hacen decidir, huyendo de peligros en décimas de segundo. El segundo, el Sistema 2, es más deliberado, consciente, lento y racional, y analiza con profundidad toda la información disponible. Ante sucesos imprevistos que requieren una respuesta inmediata actúa el Sistema 1 y ante situaciones que admiten un análisis detallado y pormenorizado, actúa el Sistema 2.
En cualquier caso, la capacidad del ser humano para el autoengaño es infinita. De hecho, hay gente que se siente libre o que cree que vive en una democracia real. El legado de Kahneman es inmenso y el tiempo lo reconocerá como un grande del pensamiento económico.
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