Mapa económico mundial
En términos pugilísticos, Europa está KO mientras que Estados Unidos y Argentina están OK. Son las mismas letras, pero significan lo contrario. China maneja otro alfabeto y no se sabe
Si hubiese una parte de los informativos dedicada a una denominada Previsión Económica Mundial, donde el presentador tuviese delante un mapamundi en que se viesen ... pronósticos de crisis y de bonanza económica, habría cuatro países o zonas mundiales que llamarían la atención.
La primera zona en la que se fijarían los ojos en ese teórico mapa económico mundial sería Estados Unidos, sobre todo a raíz de la victoria de D. Trump. Las bolsas han subido con fuerza, hay previsión de revalorización del dólar, podría haber tensiones inflacionistas a medio y largo plazo como consecuencia de la política arancelaria proteccionista que va a implantar, se espera casi pleno empleo y hay muy buenas perspectivas económicas. Aunque con una sombra preocupante por el tamaño gigantesco de la deuda pública y por la fractura social e ideológica que tiene el país. Otra duda en el horizonte es la posible pérdida de libertad e independencia por parte del presidente de la FED, Jerome Powell, el cual podría ver movida su silla por alguien más afín a Trump, rompiendo una tradición de independencia en dicho organismo. Hay que tener en cuenta que iconos de la FED, como Paul Volcker o el mítico Alan Greenspan lo fueron tanto bajo mandatos republicanos como demócratas. Eso que muchos critican que va a hacer Trump de nombrar como presidente de la FED a alguien de su cuerda ya ha sucedido ahora aquí en el Banco de España y nadie se preocupa. Curiosa vara de medir. El pronóstico del tiempo económico en USA sería un sol radiante con riesgo de fuertes tormentas con aparato eléctrico.
La segunda zona a la cual apuntaría nuestro 'hombre del tiempo económico', sería Argentina, donde el ya llamado 'Milagro Milei' sigue dando sus frutos. Argentina pasó de una inflación de más del 250% anual a sólo el 30% y ese cambio increíble ha sucedido en pocos meses, e incluso ya tiene superávit fiscal. Milei ha liberalizado y flexiblizado la economía, ha puesto al país en la senda del crecimiento, pero cuenta con grandes detractores, sobre todo aquellos que vivían dulcemente de chiringuitos públicos a lo largo de décadas en las cuales el país se empobreció dramáticamente, o más bien lo empobrecieron, teniéndolo todo para ser un grande. Curiosamente esos mismos detractores cuestionan la legalidad de su mandato, ya que parece ser que la democracia sólo es válida cuando ganan los que a ellos les interesa que ganen. En caso contrario, el elector erró con su voto y necesita ser tutelado, porque la gente no sabe lo que le conviene y son ellos los que sí lo saben. Curiosa forma de entender la democracia y la libertad. El pronóstico en Argentina sería de sol radiante porque las nubes han sido barridas.
El tercer foco de atención sería China, un gigante llamado a suceder a Estados Unidos como líder mundial, pero que ofrece muchas sombras. Por un lado, ya le está resultando difícil mantener sus altísimas tasas de crecimiento, hay dudas de si podría haber una burbuja inmobiliaria y la política de natalidad restrictiva seguida hace tiempo, impidiendo tener más de un hijo y preferentemente varón, ha envejecido al país. Las previsiones para dentro de dos o tres décadas son dramáticas, porque el gigante amarillo puede ser un descomunal geriátrico de muy difícil solución. Un país con un sistema educativo exigente, no como el occidental, pero con muchas lagunas sociales y políticas. El pronóstico en China sería incierto en grado máximo, con sol, nubes, tormentas fuertes y vientos monzónicos y su símbolo un gigantesco interrogante.
Y la cuarta parte del mundo sería Europa, donde su principal locomotora, Alemania, está en punto muerto. La situación del país teutón es de crecimiento cero o incluso negativo, con previsiones sombrías. Las autoridades económicas alemanas estiman que las barreras arancelarias que Trump va a poner restarán entre el 1% y el 1,5% del PIB anual. Alemania es la referencia europea en cuanto a crecimiento, pero no tiene fuerza porque arrastra una serie de problemas de difícil solución, como son el coste brutal de la integración en un único país de la antigua RDA (República 'Democrática' Alemana); la difícil gestión de un país dividido en algo parecido al caos autonómico que hay en España, donde el modelo de estado falla clamorosamente (la 'gestión', perdonen el eufemismo, del covid y de la Dana, debería hacernos reflexionar sobre un modelo costosísimo para el ciudadano y brutalmente ineficiente). Europa también tiene problemas de deuda, pero aquí las previsiones son de baja inflación, parón económico, posible reducción de tipos de interés y no se atisba salida. La timorata Europa tendrá que ponerse las pilas ante la lucha arancelaria que Estados Unidos y China van a librar, mientras aquí se discute sobre el sexo de los ángeles. El pronóstico de Europa sería un símbolo borroso y difuminado, como la sociedad europea, con borrascas y tormentas. La UE que diseñó el canadiense Robert Mundell, Premio Nobel de Economía del año 1999, hace agua.
Si tuviese que definir de algún modo lo que se avecina para Europa no encuentro mejores palabras que las del judío Robert Aumann, Premio Nobel de Economía del año 2005, compartido con Thomas Schelling. Aumann, reputado especialista en gestión de conflictos, apunta a que Estados Unidos y China librarán un gran pulso por la hegemonía mundial. En ese gran pulso, China y Estados Unidos tienen los codos apoyados sobre la espalda de la acomplejada Europa, la cual, mientras nota el dolor, no se mueve y pide perdón porque se siente culpable de todo, piensa en repartir y no en generar y es una sociedad muerta que tiene mascotas en lugar de niños. Una pura entelequia acomplejada, burocrática e improductiva.
En términos pugilísticos, Europa está KO, mientras que Argentina y Estados Unidos están OK Son las mismas letras, pero significan lo contrario. China maneja otro alfabeto y no se sabe.
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