El paisanaje del Paraíso
Los asturianos, al menos mayoritariamente, estamos convencidos de que caemos muy bien a todo el mundo de allende nuestras fronteras naturales. A ello incitan encuestas ... de simpatía o afinidad que se prodigan cada vez más; unas, parecen serias; otras son de nivel alpargatero o, si se prefiere, madreñero. Puede ser; y mi experiencia me dice que algo hay de cierto, aunque, lógicamente, hay rivalidades regionales y complejos identitarios de inferioridad y de superioridad que nos tendrán puestos en el punto de mira.
En el desayuno que organizó el jueves Nueva Economía Fórum, en un conocido hotel madrileño, aunque la mayoría de los asistentes para escuchar a Adrián Barbón éramos asturianos u oriundos, aunque algunos ya alejados desde hace mucho de la tierra, se palpaba esa simpatía hacia el Principado y sus gentes, desde una cordialidad e interés por encima de las preferencias políticas, poque doy fe de que el rojerío concurrente no era, en absoluto, mayoritario.
Me gustó –agradecimientos aparte- la intervención del Presidente, que no rehuyó ningún tema; ni la crisis por la desgracia de Cerredo, ni la liberalización del transporte de alta velocidad (que entendió fundamental), ni las críticas sistemáticas a ese «infierno fiscal»,que Barbón redimió del averno para llevarlo al paraíso, con datos comparativos con nuestras tres Comunidades limítrofes, ninguna gobernada por el PSOE. También salió el asunto de la Llingua, donde don Adrián se limitó a unas palabras amables sobre la preservación de nuestro patrimonio hablado; al uso que él hacía del asturiano, o sobre lo que era el ahora llamado eonaviego, como lengua de transición. Explicación innecesaria para muchos de los asistentes, pero didáctica para otros. Eso sí, la polémica de la cooficialidad ni se tocó, lo que puedo comprender perfectamente. También tenía necesariamente que ser prudente ante el tema del desembarco de las universidades privadas porque, entre otras cosas, allí estaban varios de sus promotores. Eso sí, quiso deslindar el tema de Avilés, conociendo el interés de la Alcaldesa, a la que mentó y también defendió al Gobierno de España por querer imponer seriedad y rigor académico a las nuevas iniciativas, sin que eso suponga una recentralización.
Y me detengo un momento en el asunto de la Variante que, el propio Barbón había profetizado que cambiaría para bien la economía de la región y la vida de los asturianos que precisamos del transporte para mil gestiones en Madrid (aunque algunos no pudimos usar el jueves el AVE porque ningún tren llega a Madrid antes de las nueve de la mañana). Nadie lo niega, aunque la obra está inacabada porque de Lena a Gijón no se hizo absolutamente nada en los veinte años de ejecución de los túneles. Y, parecido, líos vecinales incluidos, de León a La Robla (21,26 millones de euros, al menos ya comprometidos). Barbón reconoció que quedan cosas por hacer y aunque haya problemas más graves de infraestructuras en las alas de la región, habrá que estar encima de Adif y del Ministerio de Transportes, como la gota malaya.
Pero fue salir de la reunión y saber que, en un plazo indeterminado, el viaje a Madrid durará casi veinte minutos más (una barbaridad, hablando de alta velocidad), por las obras de duplicación de la vía en el tramo León-Palencia; una limitación de la que venían quejándose leoneses y palentinos, aunque afecta a todo el trazado, pero que permitió abrir el corredor, igual que pasa con las carreteras que se hacen con previsión de desdoble en autovía, como bien sabemos en Asturias. El tema es que son 107 kilómetros de vía, nada menos, casi el doble que de Gijón a La Pola y aunque la expropiación ya esté hecha y en parte, el terreno aplanado, es una distancia muy considerable, lo que nos lleva a pensar en más de un año de penurias.
A renglón seguido de esta noticia, buena por la obra y pésima por los retrasos, leo un titular sobre duplicación inmediata de la vía entre la Pola y Oviedo, pero enseguida veo que se refiere a otra puebla, la de Siero, y a la vía métrica de Feve. Me alegro, porque el asunto estaba muerto y se revive. Pero creo, a fuer de ser pesado, que el Gobierno regional debe seguir presionando para que la duración prehistórica del viaje hasta los túneles de la Variante se reduzca a menos de la mitad.
Todo es mejorable, incluso aquello en lo que sacamos pecho, como la red hospitalaria y de atención primaria. Menos mal que el sector fabril de la Defensa parece tener, rivalidades al margen, un medio y largo plazo impresionante, oída la Ministra y estando al tanto de lo que se cuece en este ámbito que, ojalá, pudiera vincularse a las competencias federalizadas de Europa. Aunque los que puedan sufrir el armamento asturiano (los civiles son siempre inocentes), de saber de su origen, no creo que mostraran esa tópica simpatía hacia nuestro paisanaje.
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