Se fue junio con despedidas en el Sporting, combinadas con recuerdos del pasado. Hizo treinta años que se celebró la permanencia en Primera tras ganar ... la promoción al Lleida, se cumplieron veinte del proceso concursal y una década del ascenso de Abelardo y sus 'guajes'.
Siguiendo con efemérides, el Sporting cumple hoy 120 años. Es la fecha oficial que acordaron los fundadores del club en un acto celebrado cincuenta años después. No se recordaba con exactitud el día, pero fue lo que concretaron ante notario los creadores de la institución. La historia está condensada en la publicación de EL COMERCIO bien resumida por Carlos Prieto y notablemente diseñada por Luis Suárez. Este periódico celebra así esta fecha. Es una forma de compartirla con la afición, al margen de las actividades oficiales que se espera que organice el club en esta jornada, porque no son muchas las ocasiones para organizar celebraciones.
Las despedidas fueron las esperadas. No se echará de menos a Maras, Róber Pier, Olaetxea, Campuzano, Nico Serrano o Dotor, pero se necesitan recambios con mejor nivel. Tampoco sorprendió la retirada de Cote, ni la falta de acuerdo con Nacho Méndez. Tienen piezas de sustitución.
Se valoran los esfuerzos de Alejandro Irarragorri para certificar los fichajes de Dubasin, anunciado en el momento de más revuelo social por la marcha del equipo, y el de Gelabert, comunicado tras el ascenso del Oviedo. En marketing, el nivel de Orlegi es muy alto.
Con la permanencia en la plantilla de Dubasin y Gelabert empezaron las ilusiones para hacer un bloque sólido. Se suma Álex Corredera, avalado por Garitano, quien lo tuvo en Tenerife, pendientes del central Pablo Vázquez, quien busca vivienda en el Pisón. Faltan otros tres jugadores de nivel para fortalecer el centro de la zaga y la sala de máquinas, así como otros tres, por lo menos, para disponer de fondo de armario con ciertas garantías, pero a una semana del inicio de la pretemporada ya se habla de que no hay prisas. Un viejo truco.
Ayer saltó la noticia avanzada por Andrés Maese en este diario. Vuelve el delantero Caicedo. Parecía una broma, pero es la realidad. El ecuatoriano está encantado en Gijón, con una meteorología espléndida, una gastronomía fenomenal, unas instalaciones de entrenamientos espectaculares, un campo de fantasía y una afición apasionada. El sentimiento no es recíproco. La estela que dejó en el Sporting es decepcionante, con unas estadísticas ridículas (un gol de penalti y otro 'robado' a Olaetxea) y una imagen de engaño. Esto no es serio.
Intentar ilusionar a una afición desencantada con los refuerzos de Caicedo y Amadou como complementos de Otero para perfeccionar el eje del ataque suena a pitorreo. A Garitano parece que le vale. Da la sensación de que se menosprecia a una afición invadida por la desconfianza y el cabreo. Con la campaña de abonados a la vuelta de la esquina.
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