Pagar o pagar
El asunto del peaje del Huerna está trayendo consigo situaciones estrambóticas como ver al consejero del ramo sumando apoyos en Bruselas, donde ya los tiene, ... en vez de picar a la puerta que debe: el Gobierno central que, por cierto, es de su mismo partido. También hay convocada una marcha en Oviedo que demostrará que Asturias está unida frente al peaje (el vecino que apoya ser expoliado se ha ido de vacaciones con el décimo dentista de la encuesta, el que no recomienda cepillarse los dientes), pero que, muy al estilo de los últimos tiempos, no va dirigida a nadie en concreto. Que será mejor que no hacer nada, eso seguro, pero con indirectas es complicado conseguir cosas. Sí, el genial Gila consiguió la confesión de Jack el Destripador diciendo en voz alta «Aquí hay alguien que ha matado a alguien» pero Gila era único e irrepetible, aunque en Asturias parezca que estamos viviendo permanentemente en una de sus historias. Igual de descacharrante es la propuesta de la patronal de las autopistas para sufragar el rescate del Huerna, que consiste en multiplicar por cinco la recaudación cobrando por circular entre Oviedo y esta villa marinera. Desde que la zorra anunció aquel plan para mantener seguras a las gallinas en el corral, no se veía un descaro tan grande. Sólo faltaba que dejásemos atrás una sangría absolutamente injusta e ilegal como el de la autopista astur-leonesa, tras décadas en que gobiernos de todos los colores han mirado para otro lado de forma vergonzante, para acabar siendo exprimidos de otra forma. Esperemos que las brillantes ideas que vengan a partir de ahora no pasen por tener que entregar al primer hijo, el derecho de pernada y los cinco primeros años de cosecha pero, como no estemos despiertos, vamos a saltar del peaje a mil tasas diferentes.
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