A propósito de Alfonso Camín

Poeta innovador más allá de nuestras fronteras. A este respecto, algún día habrá que estudiar a fondo hasta dónde llegó su contribución a la poesía afroantillana, frente a todo lo que se dice de las aportaciones de Nicolás Guillén. El universalismo del poeta nacido en Porceyu es una de sus grandezas innegables.

Pero Alfonso Camín no fue solo uno de los grandes poetas del siglo XX, tanto por la envergadura de su obra cuantitativamente hablando, como también por haber conectado con los anhelos de su tiempo a un lado y otro del mundo.

Digo esto, entre otras cosas, porque también su obra periodística merece ser estudiada muy a fondo. Desde nuestro más acá, pensemos en la 'Revista Norte'. Desde Hispanoamérica, pensemos en sus colaboraciones en medios de comunicación de gran prestigio.

Alfonso Camín, insisto, poeta de la emigración a América que en su momento consignó las durísimas condiciones de vida de aquellos viajes, en los que la mayoría de los pasajeros eran niños que rara vez podían regresar a la tierra donde habían nacido.

Alfonso Camín también supo poner voz al exilio al que se vieron abocados muchos compatriotas.

Lo cierto es que estamos hablando de un poeta lleno de registros, de un literato en estado puro, de un bohemio para quien la escritura fue una forma de vida irrenunciable.

Por si todo ello fuera poco, la prosa, la buena prosa, tampoco le era ajena. Hay, entre otros muchos testimonios al respecto, unos textos de Camín dedicados a rescatar literariamente su infancia. Los textos a los que aludo llevan como título 'Entre manzanos', parafraseando lo que escribió en su momento Blasco Ibáñez bajo el rótulo 'Entre naranjos'.

Alfonso Camín, capaz de entrar en el hondón de lo que fueron los sufrimientos del mundo minero, tal y como refleja su libro 'El valle negro', capaz también de poner musicalidad y ritmo a la belleza y al atractivo de las mujeres de otros mundos.

El 12 de octubre de 1982, estando ya en nuestra tierra, le sobrevino el fallecimiento a este poeta. Uno no puede dejar de preguntarse qué hizo hasta ahora la Asturias oficial por recuperar el significado de su obra, dónde está esa antología tan necesaria e imprescindible que ponga al alcance del público lector los mejores poemas de Camín, y que lo haga con el rigor biográfico y bibliográfico que aún no tenemos.

¿Cómo es posible que desde 1982 a esta parte no haya un estudio serio y riguroso sobre la obra de Camín? ¿Cómo es posible que no se conozca aquella Asturias plasmada por el poeta que aquí nos trae a través de la 'Revista Norte'?

¿No resulta, por otra parte, asombroso el hecho de que estemos hablando de un personaje autodidacta que a los 15 años ya hacía sus tareas en los medios de comunicación?

La iniciativa que tomó muy recientemente el Ateneo Republicano de Asturias es digna de elogio, pues, una vez más, se insiste en recuperar lo mejor que ha tenido nuestra tierra estéticamente hablando.

1890, año de nacimiento; en ese sentido, cabría incluirlo en el Modernismo. Su muerte a principios de los 80 en una Asturias que apenas le dispensó reconocimientos es una asignatura pendiente que urge recuperar.