Tocando fondo
Acaba de darse a conocer el dictamen de la Sala Primera del Tribunal Supremo en el recurso de casación interpuesto por la Cofradía de Pescadores ... Virgen de las Mareas de Avilés, que resuelve la demanda presentada por esta contra varios consejeros y exconsejeros de Nueva Rula de Avilés, S.A, pidiendo fuesen condenados a satisfacer la cantidad de 1.141.236,91 euros. Sentencias previas del Juzgado de lo Mercantil nº 3 de Gijón (sentencia 200/17 de 30 de octubre) y de la Sección 1ª de la Audiencia Provincial de Oviedo (sentencia 00205/2018 de 11 de mayo) habían ya absuelto a los demandados de todas las pretensiones de la demandante, a quien, además, le había impuesto las costas.
El resumen breve del asunto, de nulo interés para el sector pesquero avilesino, es el fallo sobre la desleal denuncia presentada por «la actora» -la antedicha Cofradía y sus eximios gestores- contra el resto de los miembros del Consejo de Administración de la sociedad Nueva Rula de Avilés, S.A., a los que acusaba de oscuros manejos con sus fondos, manejos que involucraban -nada menos- que a gran parte de los armadores de este puerto pesquero.
Como las sentencias son públicas, no merece la pena extenderse más en este asunto que tiene como identificación la 3424/2018, para solaz de los interesados en asuntos legales.
Las autoridades deben empezar a considerar seriamente intervenir en los manejos de la Cofradía de Pescadores
Lo que sí es de interés para el público en general -y más para los avilesinos, relacionados o no, con el sector pesquero- es conocer que este debería ser, sin duda, el último episodio de estos gestores que disparan con pólvora del Rey contra todo aquel organismo (Autoridad Portuaria, Principado de Asturias, Federación de Cofradías de Pescadores del Principado de Asturias) que se opone a sus tejemanejes.
La situación de la Cofradía de Pescadores Virgen de la Mareas es extremadamente extraña. Teóricamente hay un cabildo sin armadores ni pescadores, es decir: no hay órgano de gestión, a lo más una o dos personas que lo manipulan todo. También hay una gestión patrimonial totalmente opaca: se está vendiendo patrimonio sin conocer valoraciones, importe de las ventas ni compradores; hay continuos problemas con los inquilinos de las viviendas del El Nodo; deudas con las comunidades de propietarios por no afrontar sus obligaciones como propietario; expulsión de socios alegando la comisión de actos contra la Cofradía. En definitiva, opacidad total en la gestión y ausencia de órganos de gestión y de control.
¿Nos vamos a seguir creyendo que al frente de la Cofradía está el Patrón Mayor? ¿Vamos a seguir creyendo que existe un Cabildo? ¿Quién puede estar cobrando un salario como secretario para hacer qué tareas? ¿Vamos a seguir permitiendo que el patrimonio de la Cofradía se siga diluyendo sin ningún control?
Son demasiadas preguntas como para que las autoridades a las que les corresponde la vigilancia y control de legalidad de las corporaciones pesqueras empiecen a considerar seriamente la necesidad de intervenir en los manejos de esta Corporación de Derecho Público que, a la vista de todo lo que está sucediendo, ha tocado fondo.
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