Turistas verdaderos
PLAZA MAYOR ·
En concepto de 'promoción turística', el Gobierno regional ofrece pagar 9,3 millones de euros en cuatro años, de 2022 a 2025, a la aerolínea, ... o aerolíneas, que resulten adjudicatarias del concurso que ha convocado para mejorar la 'conectividad aérea' de Asturias con vuelos a Lisboa, Londres, Bruselas, Milán, Düsseldorf y Barcelona. La expresión 'promoción turística' es un eufemismo, utilizado para enmascarar lo que constituye una subvención, pero como las subvenciones de esta clase están prohibidas en la Unión Europea, se ha generalizado en todos los países del continente la práctica de cambiar de nombre la operación. Mientras, los eurócratas bruselenses miran para otro lado.
Nueve millones trescientos mil euros son palabras mayores en materia presupuestaria y por ello, en cuanto a los vuelos al extranjero, el gasto debe tener justificación con los resultados. Es decir, debe producir el establecimiento de corrientes turísticas desde los destinos objeto del concurso hacia Asturias, dato mensurable sin dificultad.
Porque carece de sentido que los pasajeros sean en una abrumadora mayoría asturianos o residentes en Asturias que hacen turismo en el extranjero, pasajeros de ida y vuelta, y que el grado de ocupación de los aviones por turistas, en este caso por pasajeros residentes en el Reino Unido, Portugal, Bélgica, Alemania o Italia, sea irrelevante. En las numerosas experiencias anteriores de vuelos con dopaje presupuestario esa fue la realidad, por eso jamás se dio una cifra sobre la entrada de turistas extranjeros en Asturias por esa vía, aunque los aviones llegaran con el cien por cien de ocupación, porque los llenaban pasajeros con residencia en el Principado. Es absurdo, pues, constituye un despilfarro inadmisible estimular con cargo al erario regional el gasto de los contribuyentes asturianos en el extranjero (o, tal cual ya ocurre, también en territorio español, con líneas subvencionadas a destinos turísticos como Menorca, Ibiza y otros, ocupados prácticamente en su totalidad por pasaje con residencia en Asturias). Y parece oportuno subrayar que no se sostiene el argumento de que los vuelos subvencionados pueden beneficiar también a los asturianos que viven en esos países del extranjero y en otras regiones españolas, porque tendrían derecho a sentirse víctimas de un agravio comparativo todos los demás repartidos por el ancho mundo.
Algunos de los aeropuertos de destino propuestos en el concurso, que cabe calificar de secundarios, como Bergamo para vuelos a Milán (a 54 kilómetros) y Weeze para los de Düsseldorf (a 89 kilómetros) ambos feudos de Ryanair, parecen una invitación a la participación de la compañía irlandesa, que ya operó en Asturias, sin ayuda oficial alguna, entre 2012 y 2013 y reina en el aeropuerto de Santander, el mismo del que un repúblico astur poco informado dijo hace poco más dos meses: «El aeropuerto de Asturias está en Santander. Es una pena, pero es así». Tan penetrante análisis de la situación de la conectividad aérea regional chocó con la tozudez de las cifras dadas a conocer unos días después de aquella frivolidad expresiva: en los primeros siete meses de este año el movimiento de pasajeros en el aeropuerto de Asturias ascendió a 288.217, o sea, 143.308 más, casi el doble, que los 144.909 del aeropuerto cántabro.
Con Ryanair o sin ella lo que importa, en fin, es que el gasto de los 9,3 millones de euros sirva para que lleguen a Asturias más turistas, no para que los asturianos hagan turismo subvencionado en el extranjero. Que vengan turistas genuinos, verdaderos, con capacidad de gasto, como los que capta Oviedo, con la generosa ayuda del Ejecutivo autónomo, con el camino de Santiago. Serán ventajas del centralismo, de la capitalidad, pero da la impresión, nobleza obliga, de que también hay acierto en esa gestión. Acertada, y plausible desde el punto de vista de la transparencia, es asimismo la publicación por el Ayuntamiento ovetense de los cachés de los actuantes en las fiestas de San Mateo con cargo a las arcas municipales. No estaría de más que esa clase de publicidad fuera imitada aquí, en la periferia, porque siempre es saludable dar cuenta de a dónde va a parar el dinero público.
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