Gracias por haber estado ahí
Me llena de satisfacción saber que mis palabras, en alguno de todos esos instantes, les han hecho reflexionar, repensar la vida, dudar, llorar a veces (lo sé), pero también reír
Desde septiembre de 2019, he compartido con ustedes cerca de trescientos artículos, quizá más, y en todos ellos he puesto siempre lo mejor de mí. ... Sinceridad, honestidad y, sobre todo, el deseo de conectar con ustedes, con quienes me leen.
Hemos transitado juntos, durante estos casi seis años, por muchas emociones distintas. Alegrías y tristezas, certezas y dudas, momentos luminosos y otros más oscuros; y lo que más me ha llenado y me llena de satisfacción es saber que mis palabras, en alguno de todos esos instantes, les han hecho reflexionar, repensar la vida, dudar, llorar a veces (lo sé), pero también reír. De alguna forma, hemos compartido un camino que ha sido también un diálogo. Eso me gusta pensar. Yo lo he hecho a través de mis palabras y mis queridas subordinadas.
A través de los temas tan distintos que he tratado, muchos de ellos fuera del guion que todos escriben; y ustedes a través de sus mensajes, cartas manuscritas, llamadas telefónicas, comentarios e incluso algún que otro encuentro en el que me han contado vivencias y pensamientos que han alimentado este espacio. Ustedes, a veces, me han regalado historias.
Escribir opinión, a pesar de lo que muchos creen, es un acto vivo que está siempre en movimiento y que nos ayuda a pensar, cuestionar y comunicarnos. Un acto que requiere tiempo, reflexión y conocimientos. También dudar y saber admitir los errores. No se trata de escribir sin ton ni son sobre este o aquel tema. Quien eso piensa se equivoca; y quien eso haga no escribirá nunca buenos artículos.
Hoy, esta etapa se cierra y lo lamento porque les echaré de menos, se lo aseguro, pero, en cierto modo, quizá, esto sea algo bueno. Tal vez sea este un paso necesario para abrir nuevas puertas, aunque estas no tengan, por el momento, más certezas que las que nos regala el paso del tiempo y el eco de lo vivido.
Me despido de ustedes desde el más absoluto respeto, por lo hecho y compartido, orgullosa también, y con la gratitud que se merecen, consciente de que este camino también les pertenece, y que la verdad, como la vida, se escribe entre sombras y luces.
Gracias por haberme leído. Gracias por haber estado ahí.
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