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Una imagen invernal del Ayuntamiento de Oviedo.

El Ayuntamiento de Oviedo mete 20 millones de euros a 'plazo fijo'

El equipo de gobierno pretende rentabilizar con la operación el abultado exceso de tesorería causado por la prórroga presupuestaria

Gonzalo Díaz-Rubín

Martes, 3 de marzo 2015, 00:27

El Ayuntamiento de Oviedo hará un insólito depósito a plazo fijo de 20 millones de euros en el Banco Popular para «rentabilizar» los «excedentes de tesorería» de la caja municipal, según reza la resolución del concejal de Economía y Hacienda, Gerardo Antuña. La imposición se hace por un plazo máximo de un año a un interés del 1,06%, el más alto de las ofertas presentadas por ocho entidades financieras, las más importantes del país.

Con esos parámetros, el Ayuntamiento obtendría una rentabilidad máxima de 210.000 euros en intereses, pero ese no es el plan. Las condiciones del acuerdo exigían a las entidades aceptar, «sin penalidad» alguna, cualquier rescate anticipado total o parcial de los dineros municipales y matener «el tipo ofertado invariable hasta el vencimiento» idependientemente del saldo restante. El municipio irá haciendo disposiciones a medida que necesite los recursos.

En realidad, la propuesta es una consecuencia de la situación de prórroga presupuestaria en la que aún está el Ayuntamiento y que le impide ejecutar nuevos programas de gasto. La parálisis llega con las arcas llenas de los ingresos del año pasado. El municipio, para evitar la estacionalidad de sus ingresos, matiene un acuerdo con la empresa que se encarga de la recaudación de sus tributos. Esta adelanta al Consistorio todos los meses una doceava parte de los cobros estimados en periodo voluntario de pago -unos 7,5 millones de euros al mes en 2013, último ejercicio liquidado- y al final de año se hace balance y se equilibra la cuenta. Ello no obvia que los mayores ingresos se producen en los últimos dos meses del año con los recibos del IAE y del IBI, que suponen más de un tercio de los recursos del Ayuntamiento.

Esa concentración se deja sentir en las cuentas. En 2013, Tesorería depositó 5 millones de euros en una cuenta corriente de alta rentabilidad a finales de año. Este ejercicio, sin embargo, hay opciones mejores, que ofrecen más intereses y, además, hay más dinero en caja porque el Ayuntamiento no puede gastarlo. La demora en la tramitación del presupuesto -el plazo de reclamaciones concluye el próximo día 9 y aún deberá someterse de nuevo al Pleno- ha dejado las arcas llenas.

El mundo al revés

No hace tanto tiempo al llegar a estas alturas del año, el Ayuntamiento se veía obligado a hacer justo lo contrario. Acudía a operaciones de tesorería para poder pagar los gastos mensuales: nóminas, vencimientos de deuda, suministros y otros gastos corrientes. En marzo de 2005, llegó a pedir 15 milones de euros para poder hacer frente a las facturas, por importe de casi 19,7 millones de euros, que se acumulaban en Tesorería por «falta de fondos suficientes para satisfacerlas», según explicaban los técnicos.

Sin los controles de pago a proveedores impuestos por el Gobierno central, miles de facturas se registraban el último día hábil del año para dejarlas pendientes de pago hasta cerrar la recaudación del IBI. En el mismo informe, Tesorería estimaba que, a finales de ese mes de marzo, se habría acumulado un déficit entre ingresos y gastos de 14,6 millones de euros y advertía que, «desde el segundo semestre de 2003, se vienen manifestando continuas tensiones» de caja y «ello, pese haber concertado (el año pasado, 2004) dos operaciones de crédito a corto plazo» por 9 millones de euros. Era, además, una situación que se iba deteriorando -había facturas pendientes de años anteriores por 3.200 millones de pesetas- y que hacía «enormemente dificultosa la atención de los pagos corrientes», señalaba la Tesorera, Concepción Alegre Espinosa.

El entonces alcalde había acuñado en un Pleno aquello de que la ciudad «estaba hecha y ahora había que pagarla» y asumido que el Ayuntamiento entraba en «economía de guerra». Trató de matizarlo después, aún reconociendo que la situación no era «buena» y culpando al sistema de financiación del municipalismo español, no a la gestión del PP ovetense. Puede ser, pero se acabaron las alegrías. Entre 2007 y 2011, el Ayuntamiento pasó algunos sustos aún -tuvo que aprobar un plan económico financiero tras incurrir en déficit por los pagos por Villa Magdalena- y todavía en 2013 tuvo que endeudarse en 33 millones de euros para poder absorber Cinturón Verde. Los préstamos a corto plazo, sin embargo, parecen el pasado.

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