Cuatro años de cárcel para el hombre acusado de abusar de su sobrina de doce en Oviedo
La Audiencia sostiene que el procesado, de 58 años, realizó tocamientos a la niña, que se quedó en casa de sus tíos tras un cumpleaños
Cuatro años y un día de prisión; una orden de alejamiento de 500 metros; la inhabilitación especial para cualquier profesión o actividad que conlleve contacto con menores de edad, y el pago tanto de las costas como de una indemnización de 10.000 euros a su víctima. Es la pena que ha impuesto la Sección Tercera de la Audiencia Provincial al hombre de 58 años acusado de abusar sexualmente de su sobrina de 12, en Oviedo, durante la madrugada del 20 de febrero de 2022. El juicio oral se celebró a puerta cerrada el pasado 9 de mayo y la sentencia no se ha hecho esperar demasiado.
La Audiencia declara probado que la menor, nacida en 2009, se quedó a dormir en casa de sus tíos, el procesado (1967) y su esposa, durante esa noche tras una fiesta de cumpleaños familiar. La niña mantenía con su tío (la mujer de este es hermana de la madre de la menor) una relación «de afectividad y cariño», al igual que con el resto de personas del núcleo familiar. Además, la niña había convivido con sus tíos durante un tiempo y era habitual que compartiera con ellos fechas señaladas y tiempo de ocio.
La pena, eso sí, es menor de los cinco años de cárcel que solicitaba la Fiscalía y de los seis años que pedía la acusación particular. El letrado de la familia de la menor, Gabriel Cueto, también incluía en sus conclusiones los posibles agravantes de parentesco, prevalimiento e intimidación, superioridad y género.; no obstante, la Sección Tercera entiende que «no cabe atender al concurso de las circunstancias agravantes».
En ese sentido, la Audiencia valida el relato de hechos que había presentado el Ministerio Público y en el que se narraba cómo aquel día, dado que había más personas de lo habitual en la casa para la celebración del cumpleaños, la falta de disponibilidad de camas llevó a la familia a acordar que el procesado, la víctima y otra menor, de cinco años, pasaran la noche en la misma cama de una de las habitaciones.
Sobre las cinco de la mañana, estando los tres acostados (el procesado y la víctima uno a cada extremo), este «aprovechó que las niñas estaban durmiendo para subirle la camiseta del pijama y manosearle un pecho» y la zona genital por encima de la ropa a la menor. Esta se despertó y le intentó apartar la mano «hasta en tres ocasiones», pero no lo logró, y fue cuando comenzó a llorar y a llamar a su tía para decirle que la llevara a su casa con la excusa de que le dolía el estómago.
«Desarraigo»
Durante el juicio, la defensa del hombre había solicitado la libre absolución del procesado tras alegar este que aquella noche se encontraba perjudicado por el consumo de alcohol y trató de señalar contradicciones en el testimonio de la menor. La Audiencia; sin embargo, destaca que la niña sufrió importantes secuelas psicológicas de tipo depresivo postraumático a raíz de estos hechos. También la «sensación de desarraigo familiar por el vacío que tanto a ella como a su madre les han hecho los otros familiares que no se han querido creer su relato».
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