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El pasado 28 de febrero, un joven, de 21 años, accedió la Facultad de Formación del Profesorado y Educación de la Universidad de Oviedo y se dirigió a un aula donde se estaba impartiendo una clase del grado de Educación Infantil. Una vez allí, sostiene la Fiscalía, se sentó detrás de una de las alumnas y «comenzó a tocarle la espalda con las manos, a modo de masaje». Paró de hacerlo cuando una compañera de esta le dirigió «una mirada recriminatoria, lo que provocó que el joven se levantara y se sentara al lado de otra alumna». Entonces volvió, presuntamente, a actuar. «Comenzó a tocarla en una pierna, en un primer momento por el exterior y después por la parte interior del muslo, en dirección a su zona íntima –sin llegar a ella–» hasta que la víctima «se giró y le dio la espalda».
Así lo recoge el escrito de conclusiones provisionales que el Ministerio Fiscal ha presentado en el Juzgado de Instrucción número 2 de Oviedo. Considera que los hechos son constitutivos de dos delitos de agresión sexual del artículo 178.4 del Código Penal. Por ello, solicita al acusado, por el segundo de ellos, a 6 meses de prisión, con inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena; y por el primero, al pago de una multa de 18 meses con una cuota diaria de 6 euros (3.240 euros), con responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago. Además, inhabilitación especial para el desempeño de cualquier profesión, oficio o actividades, sean o no retribuidos, que conlleve un contacto regular y directo con menores de edad durante 3 años.
También, abono de las costas y en concepto de responsabilidad civil, el Ministerio Fiscal reclama que el acusado indemnice por daños morales a una de las víctimas con 500 euros y a la otra con 1.000 euros, más los intereses legales correspondientes.
Según informó entonces este diario, los supuestos hechos sucedieron pasadas las nueve de la mañana, cuando el acusado, que, al parecer, lucía un aspecto desaliñado, aprovechó la llamada del timbre para acceder al aula universitaria, de la que no era alumno, y, supuestamente, manoseó a las alumnas. Cuando la profesora se percató de los hechos, le llamó la atención y el joven salió huyendo de la facultad. La Universidad activó de inmediato el protocolo de acoso y las víctimas presentaron la correspondiente denuncia en la Policía. Ese mismo día, el joven fue identificado y detenido.
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