La fábrica de armas iniciará a final de mes la construcción del 8x8 que creará 300 empleos

Antes de que el mes de diciembre toque a su fin los profesionales de la factoría trubieca empezarán a trabajar sobre los avances que llevan meses gestándose en Mowag, la homóloga de Santa Bárbara en Suiza, adonde varios grupos de la plantilla, entre ingenieros, personal de taller y operaciones, han estado viajando para aprender los entresijos constructivos del gigante de ocho ruedas. No en vano, el 8x8 está diseñado sobre la base del Piraña 5, de fabricación Suiza, y Mowag ha adelantado su experiencia. Mientras tanto, la empresa ya está preparando una visita oficial para mediados de enero, recalcaron fuentes próximas.

El plan de entregas, tal y como adelantó EL COMERCIO en noviembre de 2020, está bien definido. Tess-Defence deberá poner a disposición de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) las primeras siete unidades de la serie del blindado a lo largo de 2022, según detalla el calendario productivo anual que maneja la ministra de Defensa Margarita Robles. Apenas unos pocos para empezar, porque el vehículo es completamente novedoso y su fabricación deberá ser escalonada para acostumbrar tanto a la plantilla como al propio engranaje industrial. La compañía con sede en la villa cañonera ya ha comenzado a ejecutar una partida de 20 millones de euros dirigida a adaptar a los nuevos esquemas productivos y otros programas en curso. Entre otras mejoras, han llevado a cabo una adaptación completa del taller de Montajes (Armado y Soldadura III).

Así, año a año, la fábrica de armas de Trubia deberá ir necesitando más manos: hasta los más de trescientos empleos directos que se crearán, según anunció la propia empresa, para hacer frente a los plazos. 2023 y 2024, en ese sentido, serán para afianzar los conocimientos, el primero; y para aumentar el ritmo, el segundo, con la obligación de fabricar 34 y 71 unidades, respectivamente.

Pero no será hasta los años 2025 y 2026 cuando la producción sea mayor y el programa estrella de las Fuerzas Armadas llegue a su punto álgido industrial. Las cuatro empresas que forman la sociedad realizarán en estos dos años más de la mitad del encargo, con 184 blindados, para finalizar en 2027 con los últimos 52.

De esta forma, en cuanto a las características de las distintas series y variantes (el contrato contempla cinco tipos de 8x8), la puesta a disposición de los vehículos llegará a través de dos fases de fabricación distintas. Los primeros 240 de «configuraciones completas» se suministrarán entre 2022 y 2026, y los 108 de «configuración simple» entre 2024 y 2027.

El contrato es el pilar fundamental del proyecto Fuerza35 de modernización del apartado móvil del Ejército de Tierra. En terreno empresarial, un encargo milmillonario. Los beneficios, ya desglosados, garantizan a la marca española del gigante armamentístico General Dynamics European Land Systems alrededor de 67,06 millones de euros (más IVA). No será flor de un día. Defensa ya ha abierto la puerta a continuar lanzando fases del programa hasta llegar a las mil unidades. Además, la empresa también deberá realizar el mantenimiento de los blindados durante sus casi cuarenta años de vida útil.

El del 8x8 Dragón ha sido un camino largo y escabroso. Para empezar, porque hace ya más de una década desde que se detectase la necesidad de sustituir a los vetustos vehículos BMR 6x6, pero entonces estalló la crisis de 2008 y hubo que dejarlo para luego. Años más tarde, porque estuvo a punto de perderse. Y es que la formalización del contrato estaba prevista para el año 2019, pero, «debido a que la única oferta presentada no cumplía con los requisitos exigidos», explicaban hace un año desde Defensa, se declaró desierto el contrato. En aquel momento, Santa Bárbara aspiraba como contratista principal y no se logró llegar a un acuerdo. Fue en verano de 2020 cuando, tras realizarse una nueva licitación, se terminó suscribiendo el contrato a Tess-Defence con SBS como punta de lanza de la sociedad.

Un proyecto que desde un primer momento vino precedido por el contrato paralelo de fabricación de los cinco prototipos (demostradores) del blindado, lanzado por el Gobierno en 2015 y adjudicado a la UTE formada por Santa Bárbara Sistemas, Indra y Sapa por 90 millones de euros. Debían haberlos entregado esas a lo largo de 2019; sin embargo, tras varias adendas del Consejo de Ministros y una imposición de penalidades de 10.000 euros por cada día de retraso -más de 4 millones, en total-, Defensa ha decidido suspenderlo. Ahora, el departamento de Robles no utilizará esas cinco primeras unidades como base de pruebas de las distintas opciones de armamento y variantes que incluirá el lote completo, sino que convertirá esos demostradores en los primeros cinco vehículos de preserie para no echar a perder lo ya andado.