Gascona reparte una tonelada de castañas

Dicen las abuelas, y algunas madres, que las castañas con leche eran cena de pobres, pero ayer este fruto maridó a la perfección con la sidra dulce. El bulevar de la calle Gascona acogió por la mañana su tradicional amagüestu. Los asadores, llegados desde Candamo, encendieron las parrillas a las siete de la mañana e hicieron cerca de una tonelada de este fruto a fuego lento. Se sirvieron, también, dos mil litros de esta bebida y ambos productos conquistaron a los ovetenses. Incluso los más pequeños de la casa se mostraron encantados.

La cita llenó, una vez más, la calle Gascona. El buen tiempo acompañó, el sol predominó durante la cita, y las sidrerías estaban a reventar. Es más los coches que pasaron por la zona (en menos de una hora fueron cuatro) lo tuvieron que hacer con sumo cuidado para evitar atropellar a alguno de los asistentes.

Entre ellos se encontraba el grupo de amigos encabezado por Ana Lores. Siempre que pueden acuden a esta cita porque les gustas las castañas y más cuando tienen ese sabor crujiente que deja las manos llenas de negro. «Están a su punto», comentaron mientras Raquel Sánchez añadió que le gusta un vaso de esta bebida a «un culín». El resto, sin embargo, prefiere escanciar.

El pequeño Erik Álvarez es de la liga de Sánchez. Minutos antes de la una de la tarde ya se había bebido «dos vasos» y el cucurucho de castañas ya se había acabado. Esta cita encandiló a toda la familia y su madre, Leti Fernández, apuntó que tradiciones como esta «llenan de vida» el centro de la ciudad.

Los cabezudos de Gascona hicieron de las suya durante toda la cita. Estuvieron acompañados por la orquesta La Xarangana y algunos niños cogieron miedo a los primeros. Otros, sin embargo, les siguieron el ritmo.