Un libro con las 460 «piezas únicas» del psicoesteta Ramiro
Fernández presenta en el hotel de la Reconquista su séptimo libro titulado 'La entrañable historia de un gran oficio'
Uno de los privilegios de ser el psicoesteta de la Selección Española durante casi tres décadas es que Ramiro Fernández ha viajado con ellos por medio mundo. «Fueron cinco mundiales y seis eurocopas con ellos», recuerda. Las jornadas de trabajo eran largas, pero tenía tiempo durante los entrenamientos. Horas que no desperdiciaba; recorría las ciudades en la búsqueda de anticuarios para aumentar su colección de 460 «piezas únicas» y que ahora da a conocer en forma de libro bajo el título 'La entrañable historia de un gran oficio; La barbería, museo de toda una vida del psicoesteta Ramiro' de Ediciones Nobel.
El acto de presentación tuvo lugar ayer en el hotel de la Reconquista donde tuvo un lugar destacado Gerardo Quesada de Opticalia Quesada al ser el patrocinador oficial del séptimo título del psicoesteta y cuyos beneficios irán destinados a fines sociales. El presentador del evento fue Álvaro Entrialgo quien se encargó de dar la primera sorpresa de la tarde: un vídeo grabado por el prologuista Jesús María Álvarez. Después, le llegó el turno a Fernández quien minutos antes del acto detalló que sus piezas más antiguas que colecciones se remontan al siglo XVII. «Se trata de unas tenacillas que se hicieron muy famosas en la época de lores».
Otra de las valiosas piezas que componen su colección son 67 «navajas de afeitar». «Una perteneciente a cada país que he visitado y que guardo con cariño. También tengo bigoteras de todo tipo incluyendo las que se utilizaban para bigotes tan especiales como el de Dalí, sillones de 1885 que se ven en las películas del oeste, secadores de mano, peines,...». Tan amplia es su colección que ha tenido que buscar un local para guardar todas estas joyas: «En mi salón expongo un utensilio de cada pieza; para el resto he tenido que comprar un local en La Corredoria».
Es por ello que su peluquería se ha convertido en un museo donde sus prestigiosos clientes escuchan historias que Fernández ha vivido en casi seis décadas de profesión: «Comencé en 1966 y uno de mis clientes fue Severo Ochoa, premio Nobel de Medicina en 1959. Fue para mi un honor el día que tuve la oportunidad de conocerle, tratarle y atenderle». Tan especial fue esa jornada que guarda con cariño cada una de las herramientas que utilizó para atenderle.
A la presentación también acudieron distinguidas personas como el empresario César Junco, diputados del PP como José Agustín Cuervas Mons y Luis Venta Cueli y Carolina López de Vox.