Las obras para adaptar el Auditorio a la norma contra incendios costarán 2,3 millones de euros

Algo que obligó a limitar los usos del Auditorio hace seis años de manera que quedó inutilizado como espacio de grandes congresos o reuniones, y solo se puede usar, bajo vigilancia, para conciertos como los que se celebraron en San Mateo mientras hubo restricciones por culpa de la pandemia o los recitales de la Banda de Música Ciudad de Oviedo, la Ospa o las jornadas de Piano.

Para solucionar este problema ya se han contratado dos proyectos. Uno diseñado bajo el anterior equipo de gobierno con un presupuesto de 2,2 millones de euros y por el que la cafetería, la sala de exposiciones y, sobre todo, las escaleras serían convertidas en recintos protegidos para garantizar la evacuación. Junto con otras medidas, como la apertura de una doble salida de evacuación a la calle Faustino Roel a través de una escalera abierta que quedaría adosada al muro de mampostería del antiguo depósito de aguas de Pérez de la Sala, el aforo se recuperaría hasta las cuatro mil butacas.

Sin embargo, este diseño no gustó al actual equipo de gobierno y el concejal de Urbanismo, Nacho Cuesta, apostó por uno nuevo basado en soluciones prestacionales. Es decir, alcanzar las condiciones de seguridad exigidas a través de una demostración mediante simulaciones que determine el alcance, número y tipología de las obras a realizar.

Pues bien, esto ya está prácticamente definido, tal y como adelantan fuentes municipales a este diario. Por partes. El presupuesto que maneja el Ayuntamiento para la reforma alcanza ahora los 2,3 millones de euros y las obras, a grandes rasgos, consisten en la instalación de irrigadores en todas las salas y la creación de una nueva salida, que aún está por determinar si se ubicaría en la Sala de Cámara o en otra zona, con el objetivo de que la evacuación sea lo más rápida posible. Esto lo están ultimando los técnicos con los responsables de la adjudicataria del diseño de las actuaciones, la empresa madrileña JVA Engineering. También se añadirán zonas de extracción de humos, así como rociadores y sistemas de detección de incendios.

El Ayuntamiento adjudicó el contrato a JVA en agosto del año pasado, con cuatro meses de retraso, por algo menos de 95.000 euros. El objetivo, tal y como ha venido defendiendo Cuesta a lo largo del mandato, es que estas obras basadas en soluciones prestacionales, y no en la aplicación directa a la normativa, fuesen más baratas y más rápidas. No obstante, aún no se han realizado y son más caras que el contrato anterior, si bien es cierto que se presupuestó en un momento en que los precios no eran los actuales.

La gran pregunta es cuándo empezarán las obras. Plazos, por el momento, no hay, porque el proyecto aún no está listo. Se ha entregado el plan inicial, pero los técnicos municipales han requerido modificaciones a la adjudicataria para garantizar el cuidado de la estética del edificio. Además, aún está por determinar los tiempos que llevará la ejecución. Las mismas fuentes apuntan a «entre tres y cuatro meses» de obras.

Por otro lado, el gobierno local no tiene claro que vayan a empezarse dentro del año. Cuenta de ello es que en el presupuesto no se ha incluido ninguna partida, siendo en 2024 cuando se prevé el inicio de los trabajos al reservarse en 540.000 euros, según aparece reflejado en el plan de inversiones plurianual. Para 2025 se destinarán 790.000 euros, aunque estas cifras resultan insuficientes para el montante total de estos necesarios trabajos.