Tuku, un inmigrante que hizo de la formación académica su rebeldía y se labró un futuro
El guineano presenta en el Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo su libro 'Rebola. Autobiografía de un rebelde', donde muestra su vida en España tras la independencia de su país
«Vine de Guinea, de la provincia de Fernando Poo, con sólo 18 años y una beca para estudiar en España, por el medio se ... produjo la independencia del país, desapareció la beca y me quedé como un apátrida en tierra de nadie». Iba camino de dedicar su vida a recoger cacao; pero gracias a una beca voló a España. Ese fue el principio del periplo vital de un guineano, Cipriano Tuku Biribe que este viernes presenta su libro 'Rebola. Autobiografía de un rebelde' en el Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo, donde explicará a los presentes cómo hizo de estudiar una carrera y educarse un acto de rebeldía.
«Fue mi rebeldía estudiar porque no tenía que conformarme con ser menos de lo que quería ser». Y su rebeldía fue más fuerte que los problemas y penalidades, que fueron muchos y duros.
Tuku llegó a España en 1966 con una beca para estudiar Ingeniería Técnica de Minas y poco después de llegar se produjo la independencia de Guinea con respecto a España y se quedó en «tierra de nadie porque en España mi beca ya no servía y el nuevo gobierno guineano se desentendió de la situación».
Lo que parecía un desastre personal y social, como tantos otros, se transformó gracias al tesón y la rebeldía de Tuku en una vida plena que ahora narra en su libro. Un libro que comenzó a escribir durante la pandemia «cuando nos encerraron y lo terminé cuando nos soltaron» y en el que cuenta su azarosa vida, desde cómo empezó a estudiar Ingeniería Técnica de Minas o cómo consiguió trabajo en una multinacional de la que salió 40 años después.
Pese a los problemas y los sinsabores, «estoy muy bien en España, aquí me hice un hombre de provecho, estudioso y responsable».
Su buena situación no hace que se olvide de la inmigración y los problemas que existen para los inmigrantes . «Me da mucha pena que vengan pensando que esto es la panacea porque no lo es; pero tampoco pueden dejar de venir porque en sus países se vive en guerra o dictaduras muy duras», explicó.
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