Vida en imágenes: Oviedo
Profesional. Es director general del Teatro de La Maestranza. Melómano, expresivo, entusiasta y directo. Prefiere a Bach que a Freddie Mercury y le cuesta desconectar del trabajo; fue director de la Ópera de Oviedo, que le dejó a Jaime Martínez grabado a fuego en el corazón
Gesticula bastante cuando habla y desde luego es dueño de una expresividad que acompaña con una eterna sonrisa y una mirada directa y franca. Desde luego es entusiasta y directo. Es un gran melómano, le gusta más la clásica que el pop o el rock, le cuesta desconectar del trabajo, aunque lo consigue, y se ha propuesto a seguir la máxima de Fernando Fernán Gómez, que se convirtió, según palabras del propio actor, en un experto en no hacer nada. El caso es si será capaz de cumplirlo. No tiene pinta.
Javier Menéndez Álvarez (Oviedo, 1972) es el director general del Teatro de La Maestranza en Sevilla desde 2019, aunque antes lo fue de la Ópera de Oviedo durante 16 años. Hijo de Ricardo, químico de profesión, y María del Carmen, que tenía un estanco en la calle Santa Teresa, Javier fue el último de cuatro hermanos. Le nacieron en la Clínica Morate, estudió en el colegio Meres «desde la infancia a la Universidad» y se licenció en Administración y Dirección de Empresa en Oviedo. «Además, hice el curso puente en Historia del Arte en la rama de Musicología, pero no la acabé, aunque simultáneamente estaba haciendo un máster de Gestión Cultural en Madrid». Es decir, la eficacia pudo con el arte.
Javier Menéndez es hijo doble de la diáspora asturiana. Primero, y tras la universidad, se fue a trabajar a Barcelona y volvió a Oviedo y partió de nuevo hacia Sevilla. ¿Habrá una segunda vuelta? «Por mí encantado, sólo necesito un proyecto bonito en el que integrarme».
Entre medias del máster encontró trabajo en una agencia de conciertos de Barcelona «y ahí conocí a Juan Matabosch, que era el director artístico del Liceo. Me dio trabajo llevando los conciertos del Liceo que completaban las óperas programadas. Fue una experiencia muy enriquecedora y llegué a ser director adjunto artístico del Liceo durante cuatro años».
Ahí le tiró el terruño y se vino a la Ópera de Oviedo porque «querían profesionalizar la estructura y coincidí con Jaime Martínez de presidente. 16 años juntos, es una de las mejores personas con las que me he encontrado. Un amante increíble de la ópera y una persona fantástica».
A mitad de la pasada década se casó con Alicia S. Hulton, periodista y responsable de prensa de la Ópera de Oviedo, entre otras muchas cosas. Tienen un hijo, Ángel, que es de ella en un matrimonio anterior, «pero lo quiero como si fuera mío».
Javier Menéndez es un melómano al que le «gusta más Bach que Freddie Mercury» y reconoce que de artista tiene poco, «soy gestor». De hecho, no desconecta en el trabajo porque «raro es el día que no me pongo una hora con el portátil en vacaciones». El deporte ahora casi por obligación, «antes nadaba pero ahora mi deporte es caminar. Noto que la edad me está pudiendo».
Javier y Alicia se están haciendo una casa en San Esteban de Pravia, así que la vuelta al terruño está asegurada, aunque Alicia espera que sea mucho antes de la jubilación para no vivir en dos ciudades, Oviedo y Sevilla.