Un proyecto delicado que depende del consenso con el Principado
A. ARCE
OVIEDO.
Martes, 20 de julio 2021, 00:25
En marzo de este año, el Consejo de Patrimonio valoró «positivamente» el anteproyecto del Ayuntamiento para la reforma de la plaza de toros. Las cifras ... no tardaron en llegar. El alcalde anunció entonces que la obra estaría acabada para el verano de 2023 y que la iniciativa, en su totalidad, supondría para las arcas públicas un desembolso de casi diez millones de euros. La respuesta afirmativa del Principado, en todo caso, no era un cheque en blanco y Cultura prohibió alterar los huecos de la fachada o tocar el tendido. Algo que dificulta las pretensiones del equipo de gobierno de aumentar la capacidad del coso hasta los 5.000 espectadores.
Y es que la realidad normativa de hoy es infinitamente más restrictiva que la que el propio Juan Miguel de la Guardia 'padeció' en origen. El Principado establece que si no existen pasillos escalonados de evacuación adecuados, el número máximo de localidades por fila es de dieciocho personas. De esta forma, la aplicación estricta supondría que en todo el tendido bajo como máximo podrían sentarse 216 personas, en unas las localidades que tampoco cumplen la normativa de accesibilidad ni los accesos a las mismas garantizan un evacuación segura.
El gobierno local está tratando de salvar las distancias con un plan de acción que se basa en el hacer y no hacer al mismo tiempo. Urbanismo estudia «soluciones prestacionales» para lograr lo uno sin derribar lo otro. Es decir, demostrar que es viable la seguridad del recinto para esa capacidad o similar a través de simulacros.
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